Carlos Stange Bravo, Presidente Cámara de Comercio P. Montt.

El diagnóstico de Fedetur sobre el turismo es bastante duro: Hemos crecido en visitantes extranjeros a costa de Argentina y de Brasil. Nuestra Cámara ha dicho en varias ocasiones que esta situación hace a nuestra "industria turística" vulnerable y dependiente de "los vecinos".

El ser reconocidos mundialmente como un lugar privilegiado para el turismo aventura no nos ha convertido en un país turístico. Y la gran cantidad de TLC que ha firmado Chile, tampoco ha hecho venir a nuestro país a los turistas de otras latitudes. Para colmo, la promoción turística se ha centrado en unos pocos destinos, lo que no ha beneficiado a Puerto Montt. Como Gremio no podemos esperar que a nivel nacional se desarrolle una estrategia en la que nos consideren, por lo que esperamos concitar todos los apoyos necesarios para desarrollar un trabajo intenso de promoción, que creemos debe ampliarse hacia la colaboración con Argentina y no a la competencia. Por eso, desde fines del año pasado, estamos trabajando con nuestros amigos de Bariloche, para sumar esfuerzos en materia de promoción. Y cuando lo podamos concretar, esperamos que se unan a este trabajo otras localidades de la región y del sur de Chile, de manera de poder conformar una oferta potente del turismo de la Patagonia, entre Cautín y Magallanes por el lado chileno; y entre Neuquén y Tierra del Fuego por el lado argentino, territorio que hemos denominado como Región Patagonia.

Esta zona suma la mayor red de parques naturales del mundo, y debe ser protagonista del desarrollo de turismo aventura de Sudamérica, por lo que la alianza con Argentina nos permite dar un paso sustantivo a poner a Puerto Montt en un circuito de localidades con atractivos y servicios turísticos de nivel mundial.

También vemos con satisfacción los esfuerzos municipales en torno al turismo: el lanzamiento de la guía turística y patrimonial de las localidades del primer tramo de la Carretera Austral; y la presencia de la ciudad en la feria de cruceros en Miami, y en la Fiesta de la Vendimia de Curicó van en la dirección de convertir a Puerto Montt en la puerta de entrada a la Región Patagonia, y en la capital gastronómica de Chile. Nuestro Gremio está disponible y trabajando con todos quienes deseen sumar en esa dirección.

Eliminación de notas y más minutos de recreo

Hace algunas semanas atrás, nos enteramos de la noticia adoptada por el Liceo Manuel de Salas, en la comuna de Ñuñoa, respecto de eliminar las calificaciones en los niños/as que se inician en su educación básica y el aumento de los minutos de recreo durante el periodo escolar. Quizás para muchos que nos formamos en la 'vieja escuela', hubiésemos querido ser parte de un sistema como este, con la simple finalidad de no generar un cambio tan brusco entre la transición de la educación parvularia a la educación general básica. Si bien, podrían existir expertos a favor y en contra de esta medida; debemos comprender que el sistema escolar en Chile, tiene la necesidad imperiosa de transformar las dinámicas escolares verticalistas por aquellas donde la interacción entre el profesor -estudiante deben ser recíprocas. No podemos pensar que en pleno siglo XXI muchos estudiantes se sientan desmotivados por asistir a la escuela porque simplemente la encuentran 'aburrida' o porque perciben que no están aprendiendo. No hay duda que este factor, alude en gran medida a la cantidad de horas en la que nuestros alumnos/as se encuentran en la escuela, y donde la 'jornada escolar completa' impulsada en el año 1996, se remite a seguir presionando a los estudiantes con más y más horas de clases durante la tarde. ¿Es así como se aprende en una sociedad catalogada como compleja? La decisión que ha tomado el Liceo Manuel de Salas, viene justamente a responder a una educación activa en sus aprendizajes, donde más que la nota, lo que importa es que el niño/a aprenda a través de un sistema de evaluación donde se considera todo su proceso. Para ello, considerar a la evaluación desde una perspectiva cualitativa, permite que no se vea al sujeto como un 'número', donde la mitad del curso son los 'buenos académicamente' y la otra mitad 'los malos'. Con ello lo único que generamos es la estigmatización y desmotivación de los alumnos/as. Por su parte, el alargar los minutos de recreo para un niño/a, no debiera implicar una 'pérdida de tiempo para el colegio', muy por el contrario, es un momento donde: se relaciona con sus pares, desarrolla habilidades a través del juego, reafirma su autoestima y por sobre todo, se siente feliz por estar en un lugar donde sabe que aprende, pero que a su vez, disfruta de la linda etapa de la niñez.

Carlos Guajardo. Académico Fac. de la Educación, U.Central.