Hace una semana fuimos testigos de un nuevo gran encuentro regional en el Teatro del Lago en Frutillar a través de la Experiencia Endeavor Patagonia, un evento financiado por Corfo y el Gobierno Regional en el que se reunieron a lo menos 800 personas a teatro lleno demostrando un vez más que el interés por participar de charlas lideradas por quienes ya han recorrido un camino en la ruta del emprendimiento y la innovación, es cada vez más alta. Una verdadera democratización del emprendimiento en la que se generaron espacios de trabajo e inspiración para cientos de personas que pudieron conversar y conocer de manera cercana la experiencia de mentores a través de una interacción que invita a crear nuevas visiones para el desarrollo de iniciativas tendientes a mejorar la calidad de vida de la gente. La innovación estuvo representada principalmente por investigadores de universidades, centros tecnológicos, emprendedores, medios de comunicación y quienes conforman lo que ha sido denominado como ecosistema del futuro ya que desde Corfo enfatizamos el valor de la construcción de confianzas y de redes entre actores de distintas áreas.

Una de ellas fue la economía de tendencias creativas representadas por los creadores de Historia de un Oso quienes contaron el camino para ganar el primer premio Oscar para nuestro país. Fue el año 2016 cuando el cortometraje chileno Historia de un Oso recibió el premio Oscar al mejor cortometraje animado. Las experiencias para llegar a concretar este premiado trabajo fue de aproximadamente 10 años de preparación y uno de los realizadores, Gabriel Osorio, conversó con el público, explicando que compartir el proceso previo al corto es importantísimo para ellos ya que traspasamos nuestros retos, desafíos y dificultades en este viaje del emprendedor

La presencia del Vicepresidente Ejecutivo de Corfo, Sebastián Sichel, en este encuentro viene a sustentar que para nosotros es en la conversación y la colaboración desde donde surgen las respuestas a los desafíos de un futuro que impone una velocidad de respuesta alta y permanente.

Rodrigo Carrasco Arata.

Director Regional de Corfo Los Lagos.

A propósito del estado de abandono y deterioro en que se encuentra -punto menos que irreconocible- el monumento al agente colonizador de nuestra provincia, Vicente Pérez Rosales, en Puerto Varas, indefectiblemente debemos caer en la cuenta que en Puerto Montt nuestra actitud hacia los testimonios del pretérito que recuerdan a los grandes artífices de lo que somos hoy, deja bastante que desear y es más propiamente desconsiderada e indolente con esa memoria.

El caso más mentado es el del Monumento al Hombre de Mar, dedicado al legendario capitán mercante Luis Alcázar Haros -una hermosa alegoría enclavada frente al puerto en 1964-, y que en 1985 fue, inconsultamente, removida y hecha desaparecer hasta los días de hoy. No obstante los sucesivos anuncios de su reposición, todo sigue igual.

Luego, está el tema de la efigie del Cacique "Cayenel", creada por el escultor porteño Pedro Bustamante, que por varios años se mantuvo instalada en la confluencia de las calles Ejército con Seminario, en homenaje a nuestros antepasados aborígenes. Fue retirada, estuvo algunos años sin saberse de ella, hasta que apareció en un sector de Alerce, muy a pesar de la voluntad de su creador.

Pasa lo mismo con ese afamado monumento natural que es la "Silla del Presidente". Así denominado un más que centenario gigantesco tronco de alerce, a la vera del camino a la ciudad satélite Alerce, donde -según cuenta nuestra historia fundacional- las autoridades, en sus visitas, como el Presidente Manuel Montt y acompañantes, solían sentarse a descansar y contemplar el majestuoso paisaje circundante. Pues bien, esa patrimonial reliquia yace allí, por inercia, en estado de desamparo, salvo algunos transitorios intentos de resguardo.

También, está desparecido el monolito en honor de Emilio Oelckers Hollstein, ex director de la Policía de Investigaciones (calles Egaña-Serena).

Hay más... Pero, la verdad es que esto no hace más que reflejar que no queremos tanto a nuestros próceres y patrimonios, como se cree.