La inclusión es un tema que ha cobrado cada vez más importancia en nuestra sociedad y crecientemente forma parte de las actitudes y valores positivos que esperamos ver en todos nosotros, especialmente cuando se trata de integrar a personas con capacidades diferentes.
Un excelente paso en esa dirección dio el Centro de Educación Ejecutiva de la Universidad Austral de Puerto Montt, al impulsar un inédito Diploma de Lenguaje de Señas, destinado a profesionales que quieran aprender a comunicarse en esta técnica.
No escuchar es una barrera difícil, que impacta en todo momento y lugar, dándose situaciones, a veces, que inhiben la plena aceptación de las personas que la sufren, ya que no se tienen las herramientas para interactuar o por creer que los no oyentes presentan problemas cognitivos.
La exploración del lenguaje de señas permite abrir un mundo nuevo, lleno de símbolos y significados que, abierto gracias a dos notables maestros -uno de ellos no oyente-permite observar un plano desconocido lleno de colores, humor, creación y sensibilidad, que recorren las personas que dependen de este método. Un universo para muchos vecinos más.
En un punto aparte merece destacarse la participación personal de la seremi de Desarrollo Social, Soraya Said, quien da ejemplo sobre la importancia del tema para las personas de las reparticiones y organismos que dependen de esta cartera, dejando de lado la práctica de enviar a funcionarios a cursos.
La decisión de abrir este postítulo obliga a reflexionar más ampliamente acerca de si realmente hacemos lo necesario para integrar a nuestros vecinos con discapacidad, otorgándoles, de paso, el respeto que merecen al permitirles ser parte activa de nuestra comunidad. Y podría ser una buena idea plantear que todos los organismos públicos cuenten con intérpretes de señas.
Aprender este lenguaje no sólo pone en el lugar de otro y otorga humildad, sino también concede la increíble posibilidad de ayudar a construir la felicidad que todos buscamos.