Jocelyn Vargas Álvarez
Es darle una oportunidad a un bebé que recién está empezando a vivir. Son las palabras de la madre del pequeño Máximo Núñez, que necesita urgente un transplante de hígado a sus cortos 9 meses de existencia.
Los jóvenes padres, Roxana Olavarría y Sebastián Núñez, que viven el sector Antihual, están en un lucha contra el tiempo, luego de enterarse de que su hijo padece de atresia de vías biliares. Un problema hepático crónico y progresivo que se manifiesta poco después del nacimiento y muy poco común en Chile, afectando a 1 de cada 20 mil niños.
"A los 14 días que nació ingresó al Hospital de Puerto Montt y luego de estudios se dieron cuenta que Máximo tenía niveles hepáticos muy elevados. Fue ahí que nos enviaron al Hospital de Carabineros y después al Calvo Mackenna en Santiago, con una sospecha de diagnóstico, que luego de intervenciones se confirmó", recuerda los duros momentos la mamá primeriza de 33 años.
Llegó un punto en que la situación no dio para más. La madre detalla que "me di cuenta que él respiraba muy rápido, producto de la ascitis que es un líquido que oprime mucho los pulmones y el corazón. Lo llevamos a hacer una eco y apareció un tumor enorme, aparte de las enfermedades asociadas como la cirrosis y la hipertensión portal".
En Santiago, se comenzaron a realizar todos los estudios, porque era un tumor sugerente a cáncer. "Sin embargo, no se puede sacar una muestra de tejido, porque está alojado en un segmento muy profundo del hígado y se puede ramificar. Entonces, se activó la alerta del transplante", específica Olavarría.
El instinto de los padres por salvaguardar la vida del hijo, no se hizo esperar. "Mi pareja bajó cerca de 8 kilos en un mes por cuidarse de no tener un hígado graso y así poder ser donante. Ayer se realizó el examen de compatibilidad y se deben esperar 36 horas para conocer el resultado", describe el procedimiento la mamá.
Si el resultado es positivo, Máximo podría ser transplantado el 13 de noviembre y en el caso contrario, la segunda opción de donante es la madre. Si ambos se descartan, pasará otro tiempo para buscar un familiar hasta el cuarto grado de consanguinidad y en última instancia, la más difícil, es lograr un donante fallecido compatible con el grupo sanguíneo del niño que es O IV positivo.
Comenta, que a partir de esta enfermedad se les cambió la vida. "Es tan catastrófica que cuando ataca a una familia es muy terrible. Cambió completamente la estructura del hogar, la rutina y los hábitos, por la dedicación que hay que tener para que mi hijo sobreviva", afirma Olavarría.
Detrás de la familia también hay una gran necesidad económica, ya que mensualmente invierten más de 200 mil pesos sólo en medicamentos. A eso se suman los gastos de alimentación, traslado y una deuda superior a 4 millones de pesos debido a las intervenciones que ha sufrido Máximo para ser estudiado sobre su patología.
Ambos padres son detectives de la Policía de Investigaciones de la zona; sin embargo, por la circunstancia actual, no están desempeñando sus funciones. "Dejé de trabajar desde el prenatal y Sebastián lleva 4 meses con licencia. Desde PDI hemos recibido apoyo y esperamos que siga así porque hasta el momento, no nos han cuestionado las licencias".
Desde el 25 de septiembre, están arrendando en Santiago porque deben estar a la espera del anhelado transplante en el Calvo Mackenna, el cual tiene un valor aproximado de 80 millones de pesos.
CIFRAS LOCALES DE DONACIÓN
Un total de 64 pacientes están en lista de espera de transplante de órganos en la provincia de Llanquihue y Palena, cifra que integra las 2.664 personas a nivel nacional. El 2017 la tasa de donantes por millón de habitantes alcanzó 10.0, siendo la más alta de la última década. Sin embargo, hasta el mes de septiembre descendió bruscamente a una tasa menor a 7.0.