Vicente Pereira Parra
Gitano es uno de los personajes más reconocidos en el mundo del estilismo y mañana estará en Puerto Montt.
En conversación con El Llanquihue, el argentino hace un análisis del momento de está área y cómo ha ido cambiando a través del tiempo el cuidado de la persona.
-¿Cómo se puede preocupar de la parte estilística una persona que vive en una zona donde predomina la lluvia y el mal tiempo?
-Hoy en día, empresas como GA.MA Italy se preocupan profundamente del cuidado del cabello de la mujer pos trabajos técnicos. Es por eso que nació la línea Therapy, una línea basada en herramientas que mejoran profundamente el maltrato del cabello por la humedad, el viento y el sol.
-¿Qué cuidado se pueden recomendar?
-De por sí, usar siempre una misma línea de productos, no mezclar marcas, pues los productos, potencian su eficacia cuando su materia prima actúan gradualmente ordenados sobre los cabellos de una mujer.
-¿Cómo hacer para que una persona que pasa horas en la peluquería, luego sale y el viento daña todo lo trabajado no se desmotive y deje de lado su preocupación personal?
-Hace tiempo que GA.MA pensó en ese detalle y llegamos a reemplazar el cepillo por la plancha personal, haciendo un trabajo superior para el cuidado del cabello. Dos pasadas en forma horizontal y el cabello siempre mantiene la línea de peinado, y si el tema es generar movimientos, un leve movimiento en puntas y logramos resultados asombrosos para lograr rulos. Es importante destacar que nuestras planchas tienen temperatura interna y externa para poder peinar, planchar y ondular.
-¿Cómo ha progresado el cuidado de las personas por esta área en el último tiempo?
-Usar un buen producto significa evitar problemas a futuro, cuando se trabaja con una buena plancha, el cabello queda sin vestigios de radicales libres, haciendo que un trabajo de tintura tenga mayor vida, y en zonas de humedad intensa, es conveniente usar planchas que emitan oxígeno para evitar así el frizz, y el mismo consejo solemos dárselo al profesional para el uso de un buen secador.
-Muchas veces ir a un buen salón de belleza y adoptar los cuidados correspondientes se deja de lado debido al factor económico, ¿qué consejos puede dar para que este tema sea más abordable?
-Yo suelo decir "poco y bueno y no mucho y malo". Si una mujer asiste a un profesional bueno, con sólo seis presencias al año son suficientes para tener un cabello en condiciones, pero para esos hay que asistir mínimamente una vez cada dos meses a un salón, que el profesional trabaje con buenos productos y el resto queda en manos de la mujer que puede darse cuenta que un buen trabajo se mantiene con una buena plancha o un buen secador o una eficaz rizadora acompañada siempre, de los productos que le recomiende su peluquero.
-Hoy los hombres están más preocupados de su persona, pero aún existen muchos mitos al respecto. ¿Cómo poder abordarlos?
-Los mitos desaparecen en medida que los hombres se vayan atreviendo al cambio. Hoy la moda es muy, pero muy visual y es normal ver en TV, revistas y cines el estereotipo de un hombre bien diferente a lo que era una década atrás. Sombras, manos arregladas, cortes muy prolijos, tatuajes corporales, cremas. Día a día se le va grabando al hombre a la par de la mujer y eso siempre derriba mitos. Ya hay en Buenos Aires salones de peluquería que brindan servicios de colocación de piercing y tatuajes como si te fueras hacer una tintura.
-La depilación, la manicure y los masajes de relajación, por ejemplo, así como el cuidado del cabello y del cuidado corporal, eran más propios de las mujeres, hoy no. ¿Cómo ha visto este cambio a lo largo de los años y cómo se puede ir dejando de lado los mitos y que cada vez más varones adopten estas costumbres en beneficio de una mejor calidad de vida?
-Siempre el hombre generó poco consumo de profesionales, pero ya no. Es muy común que el hombre asista a su barbero para un corte mensual, un arreglo de barba cada 15 días, y servicio de manicura cada mes. Si a eso le agregas que los hombres adoptaron tintura y trabajos químicos como la mujer, te darás cuenta que ellos asisten a la par a los salones como ellas; ya no hay distinción de géneros, sólo hay buenos servicios y eso lo consumen tanto mujeres como hombres.