Se acerca diciembre, el mes de las mejores intenciones, de las obras caritativas, de la convivencia más fraterna, de la buena voluntad y del amor. Y con ello también, a estas alturas de noviembre, se inician las campañas por una Navidad -con la felicidad de un regalito- para aquellos niños más modestos y desvalidos de nuestra ciudad puerto.
Entre las primeras instituciones en hacerlo, surge Correos de Chile, que hoy, a las 11 horas, en el hall de la entidad, iniciará su vigésimo sexta cruzada prenavideña en presencia de pequeños del jardín infantil Ayun Pellut, de la Fundación Juan Pablo II, en la Villa Olímpica Sur.
Desde esta fecha y durante un mes, la referida empresa postal estará recibiendo -en sus oficinas del centro- las cartas de los niños y sus sueños de obsequios navideños. Los que muchas veces no son juguetes de entretención, sino que un buen alimento para la familia en la Nochebuena, como se manifestase en algunas de esas misivas llegadas en años anteriores y que, en algunos casos, estaban dirigidas al Viejo Pascual en el Polo Norte. A su vez, los puertomontinos de buen corazón que apadrinarán a esos menores, para posibilitar la concreción del regalo navideño, podrán enterarse de la petición de sus "ahijados" y así esforzarse por cumplir con ellos de aquí a los días previos a Navidad.
Seguramente, por estos días también, renacerá otra campaña similar, que ya es tradicional, como la que impulsa el humanitario profesor Fernando Núñez Valderas. Y que consiste en la instalación de un árbol de pascua gigante en Mall Paseo del Mar, donde niños humildes cuelgan tarjetas pidiendo regalos, que personas generosas posteriormente transformarán en una de las navidades infantiles más inolvidables y queridas.
Aprovechemos estas oportunidades solidarias, que nos abren sus puertas por estas fechas, para cultivar el espíritu humanitario y así desarrollarnos mejor como personas. Y contribuir, con ello, a construir esa civilización del amor, que tanto soñaba San Juan Pablo II, el Papa amigo de los puertomoninos.