Una de las permanentes insatisfacciones y anhelos de los puertomontinos, desde hace bastante tiempo, y que han subrayado cada vez que se hacen encuestas ciudadanas, ha sido el imperativo de dotar a Puerto Montt de áreas verdes, donde la comunidad pueda recrearse al aire libre y establecer una más agradable y mejor convivencia. Y así habitar en una ciudad menos encementada y gris, más grata y amable. Más acogedora y vivible. Al nivel de las llamadas urbes inteligentes.
Afortunadamente, por estos días, se ha conocido que el municipio porteño tiene un plan para mantener en las mejores condiciones los espacios de naturaleza y aumentar substancialmente las soñadas áreas verdes en la Comuna de Puerto Montt.
Según el gobierno comunal, se proyecta la habilitación de 87 hectáreas más, destinadas a la habilitación de parques, accesos al borde costero, paseos peatonales y plazuelas, con el apoyo de diseño paisajístico. De manera, que se incluyan en estos espacios juegos infantiles, árboles y mobiliario urbano. Un nuevo servicio, que será licitado por la Municipalidad a comienzos del año 2019, en la convicción de que la felicidad familiar es más plena cuando el ambiente urbano está adornado de la belleza ecológica sureña, en un entorno prístino donde predominan arboledas, plantas y jardines. En una metrópolis con menos concreto y metal, como reiteró el propio alcalde Gervoy Paredes. Digna de una capital regional que aspira a liderar la industria turística del sur y que ya es la puerta de acceso a la Patagonia del cono sur americano.
No hay que olvidar -en este marco de ornato y existencia más saludable para los puertomontinos-, el gran proyecto del Parque Matropolitano, en Egaña Alto (Vista Hermosa, predio del ex puerto petrolero), cuya construcción debería iniciarse en 2019. Será el principal pulmón verde de Puerto Montt. Un especial lugar de encuentro y solaz ciudadano, además de estímulo cultural, irradiado por el Museo Monte Verde y el tesoro prehistórico de valor universal que albergará.