Treinta y seis años de pujante labor deportiva, buscando siempre el prestigio de la capital regional y dando lo mejor en el fútbol profesional -donde ha sabido de glorias y frustraciones-, cumple hoy, 6 de mayo, el Club de Deportes Puerto Montt, fundado en esta fecha de 1983 por el fallecido ex alcalde Jorge Brahm y el directorio integrado por Raúl Vargas, Héctor Guzmán, Johnny Alvarado, Federico Oelckers, José Segura, Enrique Brahm, Luis Villavicencio, Raúl Bade, Juan Machado, Orlando Alcalde, Edmundo Jonshon, Mario Martínez, Sergio Elgueta y Osvaldo Navarro.
La histórica y brillante organización del Campeonato Nacional de Fútbol Amateur en 1982, liderada por Raúl Vargas, fue clave para la construcción del Estadio en Chinquihue y el impulso que faltaba para darle vida a la institución y transformarla, con los años, en un sólido patrimonio deportivo de la ciudad.
La esforzada y perseverante campaña de Puertogol (apelativo cariñoso del hincha) en el balompié rentado, ha tenido sus más deslumbrantes capítulos al conquistar los ascensos a Primera División, en 1996 y en 2002, en emocionantes jornadas que los puertomontinos jamás olvidarán. Incluyendo aquel 21 de agosto de 1983, cuando hizo su debut en el profesionalismo, superando 2-1 en el Estadio de Collao a Deportes Concepción, con goles de Francisco Cordero y Francisco Castillo.
Con 36 años, Deportes Puerto Montt enarbola, dentro y fuera de la cancha, el mismo espíritu idealista y soñador, la misma voluntad de lucha y superación, la misma convicción de estar en primera, que inspiró a sus fundadores. Batalla que este año están dando -bien aspectados y con un mejor rendimiento- los Delfines del Reloncaví, apoyados por el tesonero y trabajador directorio que preside Germán Mayorga, cuya obra es integral comenzando por las series menores.
Sin embargo, el club porteño continúa deficitario en respaldo de socios. Está lejos del millar, en una ciudad capital sureña que sobrepasa los 300 mil habitantes. El empresariado sigue indiferente con esta institución de gran porvenir, a la que sólo le falta un empujoncito de su gente para lograr mejores resultados y una más alta categoría.