Plaza de Calbuco
La otrora plaza de armas de Calbuco era sencillamente acogedora y de buen gusto. Sus bancas, sus árboles, su pequeño obelisco, eran del agrado
de los calbucanos y de los turistas que visitaban la ciudad.
De un momento a otro se modificó la bella plaza para dar paso a una plaza sencillamente fea, con muros de concreto, bancas sin gracia. Un monumento surrealista, que carece de sentido.
Ahora se va a modificar la plaza, dando paso a la naturaleza, destruyendo esos muros de mal gusto, para hacerla algo acogedora como antaño.
Existe un lindo mirador donde se debería "podar" un gran árbol que impide una visión completa de un paisaje bellísimo de las islas de Calbuco, donde se contempla la naturaleza.
El mar que nos rodea y la navegación de embarcaciones que surcan sus aguas son de gran agrado para la vista. Los visitantes disfrutan de este lugar privilegiado.
Calbuco tiene un potencial turístico natural; sus islas que pertenecen al archipiélago son de una belleza incomparable, como la isla Helvecia o Chaullín, Huar, Puluqui, entre otras.
Calbuco es un lugar hermoso. El camino costero a Puerto Montt tiene unos bellos paisajes, como el mirador del Estero de Huito, un sitio con historias.
FRANK LAMBARRI.
Ministerio discontinuado
En la década de los años 60 y probablemente antes que nazcan las actuales autoridades que afanosamente tratan de frenar los reiterados femicidios, quien escribe ya se encontraba en la Universidad estudiando una carrera nueva en Chile, llamada Orientación Familiar (lo son tres ex Primeras Damas chilenas) destinadas a implementar el proyectado Ministerio de la Familia, como parte de las Políticas Públicas del Área Social de los gobiernos de esa época y que posteriormente fue abruptamente discontinuado por motivos que ya son historia.
Sin Ministerio de la Familia hubo que ingresar nuevamente a la Universidad a estudiar una carrera más tradicional. Mientras tanto se perdió un gran contingente de profesionales tituladas en el tema y por lo tanto con la especializada solvencia académica requerida en esta área de la sociedad, cual es la familia.
A nosotras nos prepararon para trabajar con la familia profesionalmente, en forma integral y con especial atención en grupos familiares carenciados y vulnerables, considerando a todos sus componentes con un enfoque acogedor.
Ahora, las que vamos quedando estamos como meras espectadoras en otra vitrina, observando el manejo de este delicado tema y en específico lo que actualmente acontece con nuestras congéneres.
Tal vez en nuestro tiempo hubiéramos actuados cual tradicionales amas de casa, ofreciendo la comida lista y servida para que se sienten a la mesa todos los que son, los que están y los que deben ser, cuidando de repartir porciones iguales para todos, evitando provocar lamentables odiosidades.
Por ahora, y para finalizar, no debería ser difícil interpretar este argumento en sentido figurado. Más claro, echarle agua ¿cierto?
MARLENE CÁRDENAS SIEBALD.
Botes con espejos
Sin querer ser despectiva o peyorativa en mis términos, me siento en la necesidad de expresar mi queja por el mal conducir de algunos automovilistas en Puerto Montt.
Por la forma en que se desplazan, da la impresión que anduvieran en un bote. Para ellos, nadie más circula por este amplio mar, que son las calles y avenidas de la ciudad.
Como sé que este espacio es reducido, me referiré sólo a algunos ejemplos. A saber: especialmente los choferes de taxis colectivos, se reintegran al tránsito sin señalizar ni respetar a los conductores que vienen atrás; en general, antes de doblar, muchos frenan y después señalizan, cuando lo correcto es hacerlo al revés, para anticipar ese movimiento; además, los cambios de pistas de circulación son hechos sin ninguna advertencia.
Ello me lleva a concluir que si bien físicamente estos choferes -que deben haber dado una prueba para obtener su licencia- se suben a un auto, mentalmente siguen a bordo de un bote, pero con espejos, de los que tampoco saben por qué están ahí.
ROXANA VEGAS TORO.
Urge un semáforo
En la intersección de las calles Cuarta Terraza con Marcelo Fourcade, en el sector Valle Volcanes, se producen serios atochamientos, especialmente en los horarios punta.
He sido testigo de largas filas de vehículos que se forman, a la espera de la buena voluntad de los otros choferes que den el paso. Pero no se puede tapar el sol con un dedo. El problema existe y cada vez se hace mayor.
Quiero pensar que las autoridades respectivas saben de esto y no están esperando que haya un accidente mayúsculo para recién adoptar las medidas que hace tiempo debieron haber implementado.
FELIPE SANTANDER V.