Dentro de las celebraciones patrimoniales de este mes de mayo en Puerto Montt, no cabe la menor duda, que la típica e histórica lancha chilota merece un lugar destacado en esos festejos y remembranzas. Sobre todo, porque fue el más apreciado símbolo turístico de Puerto Montt y su visitada caleta de Angelmó. Para el forastero, ambos eran sinónimo de esas mágicas veleras y éstas, de la ciudad puerto y su rincón marino.
Las décadas del 40, 50 y 60 fueron los tiempos de apogeo de las lanchas chilotas porteñas, que habitualmente cubrían las playas de la entonces extensa explanada de Angelmó. Provenientes de islas y costas de más al sur, sus tripulantes traían -para la venta- variedad de hortalizas y frutos autóctonos, junto a productos del mar, incluyendo hasta leña y madera. Y aquí adquirían abastecimiento surtido para el sustento en la lejanía insular.
Estas legendarias embarcaciones eran construidas por hábiles y oficiosos carpinteros de ribera, generalmente oriundos de Mañihueico, como Jaime Gallardo y Percio Mautor. Eran hechas en madera de ciprés, de 9 metros de eslora (largo), 4 de manga (ancho) y 1 metro 60 de puntal (alto). Sus velas, la "menor" y "chica", las cosían a mano. Son lanchas que, con viento a favor, llegan a un andar de hasta 10 nudos.
Sin embargo, el surgimiento de las embarcaciones a motor terminó por relevarlas de los mares sureños. No así de la memoria histórica y sus custodios, que para mantener vivas las veleras, en parte de los decenios del 70 y 80, organizaron llamativas regatas, con ellas de protagonistas, entre Puerto Montt y Chiloé, primero, y luego entre Puerto Montt y Calbuco. Y el interés por conservarlas, en 2009, llevó al municipio local a encargar la construcción de la lancha chilota "Catalina I", destinada a su uso y exhibición en la bahía de Puerto Montt, como una forma de preservación de ese pretérito legado.
En estos días en que se resalta el patrimonio, abogamos por el rescate de la lancha chilota, con su presencia no sólo en las telas de los pintores, sino también adornando con su prestancia la bahía.