La pesquería bentónica es aquella desarrollada por buzos, asistentes de buzos, buzos apnea, algueros y recolectores de orilla fundamentalmente. Y se refiere a aquellas especies que habitan el fondo marino entre las que podemos identificar a los erizos, locos, machas, almejas, luga y pelillo, entre muchas otras que están presentes en nuestro litoral. El Gobierno ha ingresado al parlamento un proyecto de modificación de la Ley General de Pesca y Acuicultura en el ámbito de los recursos bentónicos y ello ha activado una discusión en el sector artesanal que, por la importancia de la Región de Los Lagos en este sistema productivo, requiere una mirada focalizada en este territorio. A partir de esa convicción hace pocos días desarrollamos 2 seminarios, uno en Puerto Montt y otro en Castro, donde nos reunimos con cerca de un centenar de dirigentes y dirigentas del sector bentónico de nuestra región con el propósito de conocer sus opiniones, inquietudes y propuestas. Lo que nos permitió acercar la discusión legislativa a los territorios y analizar cuales son los aportes y mejoras necesarios para que este proyecto de ley se haga cargo de la diversa realidad bentónica local.

Entre los temas planteados destaca la necesidad de incorporar algunos peces que son parte de la actividad bentónica cotidiana, el fortalecimiento de las áreas de manejo, la urgente modificación del registro pesquero artesanal (RPA), el avance en ámbitos de cultivo de pequeña escala y repoblamientos, materias de fiscalización y comercialización además de una visión de largo plazo ante fenómenos naturales como la marea roja. El compromiso es seguir dialogando con las organizaciones. Soy un convencido de que la participación es determinante para otorgar legitimidad a las leyes que se están discutiendo en materia pesquera y saldar así la deuda por falta de transparencia que aún carga la actual Ley de Pesca. Tenemos la oportunidad y el desafío de brindarle más y mejores herramientas a la pesca artesanal. Con una legislación que dé respuesta a las necesidades inmediatas, pero que también ponga énfasis en el desarrollo futuro de esta importante economía de nuestra región y del país.

Rabindranath Quinteros Lara.

El siempre importante sector económico de la pesca artesanal en Puerto Montt, está de nuevo enfrentando una preocupante y dura crisis, que golpea sus bolsillos y su mesa, así como el abastecimiento de productos del mar de las comunidades sureñas. La causa: el cada vez más crecido y perjudicial accionar de los lobos marinos, que no solamente depredan la existencia de peces, sino que también devoran las carnadas que los propios pescadores utilizan para la captura, junto con dañar la implementación pesquera.

Por lo tanto, ha resultado un problema insoluble la presencia del lobo de mar en aguas puertomontinas y de la zona. Se han realizado llamados a concurso, para idear métodos que sirvan de ahuyentamiento a estos animales, ya que no se les puede exterminar por estar protegida la especie por ley. Se está en dicho proceso, pero es difícil y complicado, porque en las pruebas que se han hecho, siempre han logrado eludirlas.

A esta crítica situación, se añaden los rigores climáticos propios de los rudos y largos inviernos sureños , que dificultan aún más la subsistencia de nuestros trabajadores del mar. Los mismos que en los últimos años, junto a sus familias, han debido afrontar las agudas penurias económicas que les significó el surgimiento de la Marea Roja en nuestras costas, cuya contaminación dejó sin productividad marina a la población.

Conscientes de este drama social, en la Municipalidad de Puerto Montt se ha dispuesto la creación de 220 puestos laborales, para que los pescadores artesanales puedan obtener algún alivio en la difícil etapa económica que están soportando. Las tareas se cumplirán en las respectivas caletas en un programa prolongable hasta agosto venidero.

Siendo el factor lobo marino el más influyente en esta depresión pesquera en nuestras aguas, es prioritario incrementar la búsqueda de la solución. Echando mano a las mejores iniciativas de los concursos. Y con la urgencia indispensable, que permita elegir la mejor y ponerla en práctica. Y ojalá con los buenos resultados tan largo tiempo esperados.