Hace unos días, el crítico español Ignacio Medina, resumió en una columna para el diario El País su paso por Santiago; experiencia que, a juzgar por sus dichos, no fue nada de buena. Ya que tras recorrer varios restaurantes de la capital, su sensación es que aquellas cocinas que antes crecían con dinamismo y trabajo, hoy muestran "dejadez" y eso lleva al estancamiento. Y fue particularmente crítico de los precios de los platos en varios de estos locales, lo que se podría explicar por la "burbuja" inmobiliaria que se da sobre todo en el barrio alto de la Región Metropolitana.
La pregunta en consecuencia es, ¿si el laureado crítico gastronómico español, viniese a nuestra zona, con qué nota nos calificaría? Probablemente, su opinión no sería muy distinta, ya que con nuestros matices, aún tenemos bastante por mejorar quizás en otros aspectos que no estuvieron en la evaluación capitalina, como la calidad del servicio, el relato en torno a nuestra gastronomía y una mayor presencia de los productos que nos distinguen y nos dan fama internacional, en la mayoría de las cartas de los locales de la zona.
Por lo mismo, conviene relevar todos los esfuerzos que se han venido haciendo en el último tiempo para elevar el estándar de lo que ofrecemos, desde lo privado, lo público o lo gremial; porque a la postre, nunca es suficiente para aportar a la construcción de este patrimonio identitario, que nos permitirá seguir trayendo turistas del mundo entero y recibirlos aquí, en la puerta de entrada a la Patagonia, con nuestros aromas y sabores
Se viene una nueva versión de la tradicional muestra culinaria "Ta de Sur", que esta vez, pondrá por primera vez a nuestra gastronomía en la órbita internacional, al ser el evento parte de la Cumbre Apec que se desarrollará durante agosto en nuestra región; oportunidad única sin duda, para relevar nuestra oferta desde la sazón, el relato y el servicio que debemos tener para conquistar a los más exigentes paladares.
Esta región se ha declarado como una potencia agroalimentaria que no debemos descuidar, y por el contrario potenciar; porque justamente la carne, los salmones y los mejillones nos distinguen y nos debieran enorgullecer, al punto que parte de la experiencia de quienes nos visitan, debe ser justamente esa, la de llevarse el imborrable recuerdo de haber compartido aquí, en la Patagonia chilena, sabores únicos que nos permitirán seguir siendo un referente, a partir de la calidad de nuestros productos, pero ahora con el plus que nos pudiese dar un mejor servicio, y una relato que nos invite a volver.
El desafío está lanzado. Ahora depende de nosotros, de todos nosotros; porque cuando hablamos tanto de gastronomía como de turismo, no sólo apuntamos a quienes viven del rubro, sino que a todos quienes de alguna forma, construimos la identidad que intentamos transmitir.