Carabineros ha redoblado su fiscalización en el sector de ramadas
El haber quedado las ramadas a escasos metros de uno de los accesos al terminal de buses de Puerto Montt, ha ocasionado una serie de problemas para los usuarios y para quienes se desempeñan en el lugar, lo que ha motivado que Carabineros redoble su fiscalización en esta zona.
Pese al personal dispuesto por la Segunda Comisaría de Carabineros en el sector donde están emplazadas las tres únicas ramadas, se han registrado inconvenientes con personas en estado de ebriedad, producto de riñas y agresiones, lo que ha movilizado la presencia en forma permanente del personal policial.
Los problemas lo han vivido varios pasajeros y pasajeras que llegan o salen desde el terminal de buses por la gran cantidad de personas que piden dinero en este acceso, el del lado poniente del rodoviario puertomontino.
Estas dificultades se dieron desde el 17 en la tarde noche tras la inauguración de las ramadas, lo que se ha logrado controlar por la presencia de Carabineros, quienes han prevenido mayores dificultades.
Durante el día no hay mayores inconvenientes, pero los problemas se han registrado en horas de la noche.
El mayor Boris Alegría, de la prefectura de Carabineros, dispuso de un control durante todo el día y noche de funcionamiento de estos lugares de diversión.
Los trabajadores que se desempeñan en el terminal de buses también manifestaron su inquietud por la cercanía de las ramadas a uno de los accesos principales.
"No es que esté mal la celebración, pero no entendemos por qué este año se instalaron tan cerca del terminal, no pensaron que desde este lugar ingresa y sale gente todo el día y la noche, porque los buses no paran su movimiento. Claro es gente ebria la que ocasiona los problemas, pero puede pasar más allá", comentó Marcelo, quien trabaja en este lugar.
En este punto de la costanera se ha centrado personal para fiscalizar el tránsito y mantener el orden y la tranquilidad de quienes llegan a las ramadas.
Homenajean a joven asesinado hace cinco años en el sector de Villa Esperanza
Un llamado para que los jóvenes se cuiden en estas celebraciones y ojalá lo hagan en familia, realizó Mónica Ruiz, madre de Rodrigo Eduardo Segovia Ruiz (23 años) quien fue asesinado hace justo cinco años en el barrio de Mirasol.
Mónica dijo que su hijo era una persona alegre, llena de vida, que disfrutaba todos los momentos y que encontró la muerte el 20 de septiembre de 2014.
Para ello la familia organizó una misa a realizarse hoy, a las 20 horas, en la Parroquia San Sebastián del sector de Cardonal de la capital regional.
El homicidio de Rodrigo, quien era padre, hijo y hermano, ocurrió en el sector de Villa Esperanza, hecho por lo cual fueron condenadas dos personas.
"Rodrigo no tenía por qué haber terminado su vida de esta forma, por eso los jóvenes se tienen que cuidar", dijo Mónica Ruiz a este Diario.