Correo
Excesos dieciocheros
Una de las características más distintivas de la semana en que celebramos las Fiestas Patrias, es el inconfundible aroma de los alimentos sobre la parrilla. Ese estímulo no solo es capaz de fragilizar las voluntades de los más convencidos y aplicados en su plan de alimentación, y de todos quienes sueñan con un "verano sin polera", sino que también es una guía que nos conduce hacia el más valorado punto de encuentro dieciochero con familia y amigos: la parrilla.
Es ahí donde en un intento de autoconvicción, frente a la oferta de preparaciones que "rebosan en riesgo cardiovascular", se comienzan a escuchar frases características como: "una probadita no más", "si total, no como esto todos los días…", las que luego de varias probaditas de alimentos altamente calóricos, se sustituyen por "hay que vivir la vida" y "de algo hay que morir". Sin negar que todas esas afirmaciones son válidas, y que también es válido comer lo que se quiera en el ejercicio de la libertad.
El conflicto se genera cuando el comportamiento alimentario pasa a ser una consecuencia espontánea de impulsos que conducen a daños acumulativos en la salud, y cuando la ingesta, más que un complemento a los encuentros sociales en torno a la celebración patria, se constituye como un factor capaz de dominar a la razón y con ello anular conocimientos y compromisos de autocuidado. Iniciando con placer y terminando en disconfort y culpa, al punto de dar origen a los "comí tanto, que no me puedo ni mover", y a públicas y aplaudidas promesas de "el lunes me pongo a dieta y me inscribo al gimnasio".
Frente a esto, surge la pregunta con tono de réplica para los nutricionistas: ¿y entonces no podemos comer nada? Y la respuesta es: ¡Sí, se puede!, y entre los muchos típicos consejos, recordando que la ingesta promedio adecuada para un adulto, es de 2.000 Kcal/día.
Invito a que al menos decidamos respecto a las siguientes 4 sugerencias y datos: prefiera pebre y no mayonesa (20 Kcal v/s 80 Kcal por cucharada), prefiera bebidas sin azúcar (bebidas azucaradas aportan 110 Kcal por vaso de 250 ml), coma anticucho sin chorizo ni vienesa (puede evitar más de 200 Kcal por unidad, además de mucha grasa y sodio), baje la cuota de ingesta alcohólica (1 solo vaso de piscola puede aportar 250 Kcal). Solo con estas medidas se puede celebrar a la patria y compartir comiendo rico y más sano, evitando un importante exceso calórico y sus indeseables y conocidas consecuencias.
STEFANIE CHALMERS E. Nutricionista, Fisiopatóloga. Escuela de Nutrición. Universidad Andrés Bello.
¿Memoria artificial?
Es probable que en el futuro los recuerdos ya no estén almacenados en nuestra memoria o al menos no como la conocemos hasta ahora, gracias a la última creación de Elon Musk: Neuralink. Este mini aparato, que tiene como objetivo implantarse en nuestros cerebros, recibe y transmite información; es decir, tiene todos nuestros datos cognitivos en una app.
Tal como sucedió con Tesla y los autos autónomos en sus inicios, muchos están escépticos ante esta innovación, la que cada día gana más adeptos. Hay quienes cuestionan esta posibilidad de almacenamiento artificial de nuestros recuerdos.
Sin embargo, se hace necesario analizar la conexión del humano con la máquina: cómo van a interactuar y si la raza humana se podrá adaptar, de tal forma, que logre conversar con los robots.
Pese a todas las críticas que puedan surgir de esta innovación, el transhumanismo o la evolución artificial de la humanidad es algo que ya se está aplicando. Basta con ver los avances en prótesis 3D, analizar por qué miles de personas se están instalando un chip de identidad en Suecia y por qué Facebook está intentando algo similar. El debate hoy está abierto. Hay que ver si este avance nos guiará hacia una nueva especie o aumentará las capacidades actuales de los humanos, y quién sabe, conseguir una nueva forma de comunicación, usando solo nuestros pensamientos.
ANIL SADARANGANI. Director de Innovación Universidad de Los Andes.
Tradiciones
Las tradiciones del Chile Lindo, que refleja fielmente la tonada de Clara Solovera (1948), deben llevarnos a valorar y celebrar el vivir en esta magnífica tierra patria. Y a cuidarla. Especialmente quienes más tienen.
Disponemos de una historia corta en el mundo, pero de suyo intensa y refulgente de actos heroicos y de gentes nobles que a lo largo de 200 años, aún con sus crisis, nos legaron un hermoso territorio y una hermosa cultura. Hoy, ante tanta inequidad, ante tanta violencia metropolitana, ante tanta distrofia de la TV, (como el show insulso de disfrazar a sus animadores de héroes nacionales, más para la chirigota que para realzar la gesta de nuestros próceres), yo confío en la alegría de nuestro pueblo, que pese a las adversidades políticas y económicas que lo atrincan cada día, brinda y baila cueca con fervor y con el respeto que se merece nuestra bandera tricolor. Feliz aniversario, Chile querido.
GASPAR MILLAS DEL RÍO.