Convulsión y momento constitucional
gerente general de Laborum.com Sergio Galilea Ocón. Ex intendente de la Región de Los Lagos.
Desde este 18 de octubre comienza a aparecer un Nuevo Chile, donde la justicia social y mínimas formas de equidad pasen a constituir cuestiones esenciales en una reacción decisiva frente a las injusticias que sufre nuestra convivencia democrática. Chile cambió. Está por verse si el Gobierno, los partidos políticos, los empresarios y los ciudadanos estarán a la altura de ese desafío inédito.
Las movilizaciones han sido expresiones de una rabia contenida por demasiado tiempo y que surge de una vida cotidiana muy difícil de afrontar para la mayoría de nuestros compatriotas. Reconocida nuestra profunda desigualdad de oportunidades, Chile había logrado sortear muchas crisis, hasta que se produce este estallido generalizado, gatillado por los históricos problemas reseñados y por expresiones de autoridades que menospreciaron a la propia ciudadanía.
Los problemas pueden ser descritos en una "lista de supermercado", con pensiones, salarios, seguridad, salud, educación, viviendas y servicios básicos. Cuando las crisis son globales, la solución debe ser sistemática, lo que obliga a abrirse a un nuevo contrato social, o sea una nueva Constitución Política. Un orden democrático que sea expresión de lo que la ciudadanía expresa y anhela. Un marco de reglas sociales consensuado y sancionado por todos.
La recuperación del voto como una obligación ciudadana, el predominio de la público en materia de recursos naturales, actividades estratégicas y servicios fundamentales, un mayor equilibrio entre los poderes públicos y una descentralización de verdad, son algunas de las reivindicaciones que deben tener expresión en una nueva Carta Constitucional.
Recuperando los debates y encuentros anteriores, desarrollando miles de cabildos y encuentros ciudadanos, debemos buscar una cronograma que permita que en las próximas elecciones generales se elijan tanto parlamentarios como constituyentes, y que ellos en a lo menos dos años, le propongan al país para resolución plebiscitaria una sanción democrática. Lejos de ser un camino incierto, esta es la ruta de una verdadera estabilidad, fundada en un contrato social entre todos. Este nuevo momento constitucional es la respuesta fundamental a este estallido social y un camino de pacificación, que será acompañado por mejores pensiones, salarios dignos y precios razonables de los servicios esenciales. Gran tarea y gran respuesta frente a grandes problemas.
Situación país: el cambio lo hacemos todos
Una vida digna, esa es la petición de los chilenos durante los últimos días de manifestaciones. Una petición que no deja indiferente a nadie y que genera una discusión de la que es imposible quedarse fuera, sobre todo si pensamos que tener una buena calidad de vida debería ser un derecho y no una lucha. Los temas que hoy se están solicitando, se han debatido y analizado durante años, sin embargo la forma en la cual se han planteado, a través de marchas pacíficas por un lado pero actos de gran violencia por otro puede no ser la forma a la que a muchos nos habría gustado. Más allá de eso creemos que después de acontecimientos históricos como los de los últimos días, indudablemente es tiempo de tomar acciones y que todos nos hagamos responsables de mejorar la vida de las personas. No podemos olvidar que Chile adhiere a la Agenda 2030 de la ONU, de Objetivos de Desarrollo Sostenible, donde todos somos responsables de generar los cambios: los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil. Desde el mundo laboral, que es en lo que Laborum.com es experto, pensamos que frente a la gran cantidad de mejoras sociales necesarias, el Estado no podrá abarcarlas a cabalidad por lo que el mundo privado está llamado a hacerse parte y aportar. Si bien más de 1.000 empresas se han comprometido a aumentar sus sueldos mínimos y/o a disminuir sus bandas salariales para minimizar la desigualdad al interior de las organizaciones y en el país, creemos que existen más cambios que se pueden abordar para así entregar mejores condiciones a todos los trabajadores. Es fundamental que las organizaciones y jefaturas entiendan que la legislación existente en el Estado entrega el mínimo exigido pero, a pesar de esto, es nuestro deber crear condiciones dignas para nuestros colaboradores y entregar más allá de lo básico. Es importante que en las organizaciones entiendan que los colaboradores, más que recursos humanos, son personas que tienen problemas y necesidades. Personas que se esfuerzan todos los días por hacer posible que tanto nuestros negocios como la economía de nuestro país surjan, pero necesitan buscar en paralelo un bienestar personal y desarrollo junto a sus familias. Las empresas debemos crear espacios de mayor diálogo, donde logremos empatizar con la realidad de los equipos de trabajo.
Sebastián Echeverría,