La hora de los invisibles
¿Qué pasa lejos de la ciudad con aquellos que no se escuchan y que tienen tanto que aportar?
Quienes hemos estado participando, expresándonos de forma transversal y pacífica, buscamos un acuerdo común. Hemos manifestado nuestra intención y voluntad de ser parte un cambio estructural profundo, que construya una nueva "normalidad", la que se ajuste a los valores y las demandas de todos los chilenos y chilenas, incluyendo a quienes no están en las grandes ciudades.
Esta nueva construcción social debe considerar a quienes han sido invisibilizados y poco escuchados. A quienes no les llegó la invitación por redes sociales a marchar, porque son parte del 84% de población rural que no tiene banda ancha. Quienes son parte del 46% que viven tan lejos de una escuela, que no van a poder participar de los cabildos o los mismos que no hubiesen podido ofrecer agua a los manifestantes, porque son parte del 46% que sigue sin acceso a agua potable. Llegó el momento de que se hable de los invisibles, que están y son parte del Chile rural (Casen 2017).
En la actualidad hay 263 comunas rurales, en ellas viven el 25,5% de la población total del país (OCDE). Estos casi 4.5 millones de chilenos son los que conviven, conservan y activan el 83% de la superficie de Chile, pero sus niveles de ingresos y accesos siguen siendo notoriamente más bajos en comparación a los sectores urbanos. Según la encuesta Casen 2017, la pobreza por ingresos en los territorios rurales llega a un 16,5%, el doble de lo que tiene el sector urbano. Además si consideramos la pobreza multidimensional, este porcentaje se eleva a un 37,4% en comparación del 18,3% que se vive en las ciudades.
Estos números no hacen más que evidenciar una desigualdad incremental que han sufrido los sectores rurales, los que por acceso y voz no han podido expresar sus demandas. Por lo mismo, se necesitan menos tecnócratas y más barro, menos conocidos y más invisibles, que la clase política ceda el espacio a personas que saben lo que quieren y necesitan, pero que nunca han podido ser escuchados.
SEBASTIÁN SALINAS. Dundador y Director Ejecutivo de Balloon Latam.
La ConstituciónSegún el diccionario de la RAE, una Constitución es la "Forma o sistema de gobierno que tiene cada Estado" y la "Ley fundamental de un Estado que define el régimen básico de los derechos y libertades de los ciudadanos y los poderes o instituciones de la organización política".
¿Quién tiene la autoridad y la legitimidad para establecer esta Ley Fundamental?
La autoridad legítima reside en quien sea el soberano y esto depende del tipo de Estado que tenga cada Nación; en una monarquía el soberano es el Rey, en una República - también según el diccionario de la RAE - la soberanía reside en el pueblo.
En nuestro caso esto significa que es el propio pueblo de Chile quien tiene la autoridad legítima para establecer nuestra forma de gobierno y no necesita pedir permiso para hacerlo.
La coyuntura política actual permite que por segunda vez en su historia Chile pueda construir una Constitución legítima y que por primera vez podría hacerla realidad en la práctica. Antes, en 1924, también el pueblo elaboró una Constitución, pero se cometió el error de pedir a una autoridad "legal" que la pusiese en práctica y este fue don Arturo Alessandri, quien traicionó la voluntad popular e impuso una Constitución cocinada entre cuatro paredes, tal como todas las anteriores y sucesivas. Para empezar a delinear nuestra nueva forma o sistema de gobierno, podríamos comenzar por lo más fundamental y sobre esta estructura básica establecer las normas que garanticen la vigencia de los principios que acordemos.
Como primera definición tendríamos que optar por ¿monarquía o república? Si optamos por república, ¿esta sería autocrática o democrática? Si eligiésemos una república democrática, ¿qué tipo de democracia preferimos, representativa (como es ahora) o participativa? Y si hubiésemos elegido una república democrática participativa, ¿qué estructura nos gustaría darle, centralizada o descentralizada?
Finalmente, en el supuesto caso de que la mayoría ciudadana hubiese optado por una república democrática, participativa y descentralizada, ¿sería una estructura federal la mejor manera de asegurar que esto se haga realidad?
RENATO ALVARADO VIDAL.
Agradecimientos
Por mi trabajo que lo realizo desde las 09.00 hrs. hasta las 20.45 hrs. de lunes a viernes, no tengo la posibilidad de acceder a atención dental particular. Debido a una emergencia por un dolor insoportable que tenía, concurrí al Consultorio Antonio Varas en el sector alto de la ciudad.
En estos días en que la comunidad civil ha estado movilizada por lo que sucede en el país, es destacable la generosidad, amabilidad y comprensión del personal, tanto administrativo y profesionales de ese consultorio. Me solucionaron mi problema dental.
Mis más sinceros agradecimientos a todas las personas que trabajan en ese consultorio.
SERGIO H. BURGOS RUIZ.
A media máquina
El debate sobre el cómo salir de esta crisis social y política se ha tomado nuestros días.
Las manifestaciones que han tenido como motivos principales las alzas en el costo de la vida, pensiones, salud, salarios y seguridad, han propiciado en la discusión pública reformas en ese tenor.
No deja de llamar la atención que, en el intertanto de resolver urgencias sociales, se intente simultáneamente discutir una reforma total o parcial de nuestra Constitución. El llamado a trabajar a dos bandas por parte del Frente Amplio.
No puede ser mayor la desconexión de la realidad.
Pero, también influye que nuestro Congreso Nacional solo sesiona de martes a jueves y se deberá analizar la acusación constitucional contra el ex ministro Chadwick.
Es decir, se trabajará a media máquina y se pretende sobrecargar aún más el barco. Si aquello no es intentar obtener provecho político a costa de urgencias sociales de la ciudadanía, no sé lo que es. A río revuelto, ganancia de pescadores.
JOSÉ LUIS TREVIA. Investigador Fundación para el Progreso.