En tiempos como el presente, atribulados, presionantes e inestables -etapas dificultosas de la vida-, mantener la calma y la prudencia es una certera virtud que practicar. Sobre todo, si la acompañamos de actividades culturales constructivas y distensionadoras, que junto con recrear el espíritu, contribuyen a recuperar la normalidad reconfortadora de la buena convivencia.
Por estos días, ayer y hoy, la Corporación Cultural de Puerto Montt ha atinado con la presentación de llamativas obras teatrales -para todo público- en sectores de ruralidad como Cardonal, Ilque, Caleta La Arena y Alerce, donde personas de toda edad pueden entretenerse con las celebradas creaciones de aplaudidas compañías de teatro puertomontinas como "DelCincel Teatro", "Ruedacaracola", "Azulteatro" y "La Maleta Errante".
No hay que olvidar que Puerto Montt -en el nivel nacional y global- es considerado una de las grandes plataformas teatrales de relieve internacional. En cada temporada de invierno, en el mes de julio completo, se exhibe al público local y visitante -gratuitamente- lo mejor del arte teatral en boga. Un gran privilegio cultural, que se mantiene con especial esfuerzo municipal, Gobierno Regional y colaboración público-privada, y talleres que se realizan a lo largo del año, para ir fortaleciendo el semillero de esta apasionante disciplina del tablado y su mensaje de ensoñadoras evocaciones.
Tampoco olvidemos al dramaturgo y director teatral chilote Mauricio de la Parra, quien fuera el gran creador y artífice de los Temporales Internacionales de Teatro, que aquí él dio vida -en 1992-, en apasionada campaña, con el nombre de "Jornadas Culturales de Puerto Montt, de cuyas repercusiones -tan memorables y honrosas- disfrutamos hoy con un arte teatral ya consolidado y que tenemos siempre a la mano como las actividades ahora programadas.
De la Parra es un prócer cultural sureño, que amerita un digno sitial en el alma puertomontina y, por cierto, en la entrada de la Casa del Arte.