Una vez más, en su pujante historial de 36 años de existencia, Deportes Puerto Montt -como en varias otras ocasiones- debe apelar a su temple de lucha y férrea garra de superación, para enfrentar un nuevo desafío de rearme del plantel, desde el cuerpo técnico mismo, tras la partida del DT Fernando Vergara, que estuvo un año y medio al frente de la escuadra velera.
Resulta impensado este episodio. Sobre todo, por la positiva campaña que este año hizo el equipo porteño. Alcanzó niveles competitivos y estuvo en el liderazgo del torneo en una etapa que despertó muchas ilusiones para ascender a la primera categoría, aunque, posteriormente, se fue desdibujando hasta terminar décimo en la tabla.
El caballeroso entrenador, de goleador pasado albo- al despedirse en la entrevista concedida a El Llanquihue-, hizo substanciosas reflexiones dignas de consideración, como la necesidad de vigorizar y consolidar el desarrollo de las series menores de Deportes Puerto Montt. Que se transforme en una rica cantera, donde se fragüen las nuevas figuras futbolísticas que renovarán a la institución en mirada presente y futura. Que la entidad albiverde no sea la más austral del mundo, donde los futbolistas vengan a dar sus últimos fulgores para terminar sus carreras; sino todo lo contrario, una gran plataforma de despegue, junto con perfeccionar un sistema de captación de nuevos valores sureños desde Temuco hasta Punta Arenas.
Lo cierto es que todos los técnicos que ha tenido el club puertomontino, han proclamado lo mismo -impulsar sus series menores-, lo que nadie ha concretado, por diversas razones.
Ahora, la misión es empezar de nuevo. Y con la convicción de superar expediciones pasadas. Con la vista fija en el ascenso y la determinación de reconstruir un mejor plantel desde la propia banca. Siempre competitivo, luchador e identificado a fondo con Puerto Montt. Así como también los habitantes de la ciudad con el club, para estar a la altura de una capital regional del país de promisorio porvenir.