El 2020 que comenzamos se presenta como un año -además de profundos cambios conductuales, con predominio de solidaridad social, honesto y transparente proceder- de claves e influyentes obras de progreso material, destinadas al aporte de un mayor bienestar para la población y al logro de mayores ingresos económicos para el desarrollo local y regional.

Una de estas inquietudes se finca también en mejorar este año los proyectos de inversión en la utilización de los espacios públicos de Puerto Montt. Donde, hasta ahora, ha habido evidentes falencias, que, no obstante las mejores intenciones, acabaron por ser un problema más que una solución y sus consiguientes desperdicios económicos. Además que las prioridades, en adelante, deberán cumplir un elemental enfoque relacionado con las principales necesidades sociales del momento, como se estableció en el movimiento de octubre.

Son dos las obras infraestructurales de gran impacto que, a contar de este 2020, están previstas ponerse en marcha aquí: la remodelación y modernización de la emblemática calle Varas, en pleno centro de Puerto Montt, que en vez de ser su motor comercial y soporte turístico, es -por su deterioro y desorden- motivo de crítica permanente de residentes y visitantes. El otro gran proyecto, que surge con pronóstico modernizante y puesta en valor del sello marítimo único de esta capital regional, es el del Parque Metropolitano, que hermoseará, implementará y enmarcará como corresponde al principal atractivo puertomontino: su costanera, que a partir de este plan tiene un destino de calidad incomparable y atributo turístico excepcional.

No hay que olvidar, que este proyecto del parque que se extenderá por nuestro bordemar, debe incluir a Angelmó, que en su condición de invalorable símbolo local merece el máximo fortalecimiento de esa singularidad, comenzando por la habilitación de más amplios espacios de aparcamiento.

2020 surge prometedor. Con obras importantes y un sentimiento definitivamente humanitario.

Soy un convencido que todo lo que vivimos al terminar el 2019 debe ser aprovechado como una oportunidad clave para construir un mejor Chile. En esa tarea, es importante fortalecer la cultura evidentemente dañada como resultado de la validación, por parte de algunos, de saqueos, incendios y violencia. Sin duda, la cultura es relevante, pues refleja la forma en que interactuamos como seres sociales. Algunos, por ejemplo, hacen garabatos con spray en la infraestructura pública, justificando su actuar en que eso vendría siendo una "legítima forma de manifestarse".

Estimo que la democracia ofrece canales más idóneos para expresar el descontento social y, por lo tanto, la tarea está en fortalecer la cultura democrática, reflexionando en torno a los valores y conocimientos que queremos transmitir a las generaciones venideras. En la única primera línea que creo es aquella que prioriza la búsqueda de soluciones para temas esenciales que afectan la calidad de vida de los chilenos y que, por su urgencia y sensibilidad, no pueden esperar más tiempo. Porque, justamente, si alguna lección hemos aprendido todos en estos más de 70 días desde el inicio de una de las crisis sociales más complejas del último tiempo es que el camino a recuperar la tranquilidad es el que nunca debe perderse de vista: escuchar, dialogar, llegar a acuerdos y avanzar. ¿Nos podremos levantar? Por supuesto.

Los chilenos hemos sido capaces siempre de volver a ponernos de pie, por más adversas que sean las situaciones a enfrentar. Evidentemente, la reposición de confianzas, en particular, para aquellos emprendedores que han perdido todo producto de la acción vandálica directa que, en múltiples ocasiones, acompañó -como sombra- a las manifestaciones, será de los puentes más complejos de restablecer. Avanzar involucrará un esfuerzo mayor, no solamente por todo lo que hay que solucionar en materia de salud, educación y pensiones, sino en cultura. En que el Chile afiebrado de las funas, los rostros encubiertos (hasta en redes sociales) y la hipocresía deje pasar al Chile que mira al desarrollo, con oportunidades y resguardando los valores democráticos.

Javier Hernández H.