Honestidad intelectual
Se está instalando la idea de que el Acuerdo Político por la Paz y una Nueva Constitución fue impuesto por los violentistas. Que la posible Nueva Constitución, entonces, tendría un vicio de legitimidad en su origen. Esta idea omite asuntos técnicos y políticos. Los violentistas no han alzado ningún programa y, por tanto, el mentado Acuerdo es un instrumento emanado de la Política y de la mayoría de los Partidos Políticos.
Ello ha sido aclarado por Mario Desbordes, jefe político del Partido del Presidente. de la República. En segundo lugar, de promulgarse una Nueva Constitución, esto supone que la ciudadanía habría aprobado su creación en el Plebiscito de abril de 2020 y luego en un segundo Plebiscito ratificatorio, lo cual es expresión de nuestra democracia pluralista, consagrada constitucionalmente.
En tercer lugar, la Nueva Constitución en términos técnicos sería creada por el Poder Constituyente Derivado y no Originario, en tanto que su creación se rige por los procedimientos propios de la Constitución del 80, al haber sido reformado el Capítulo XV de la Carta Fundamental, con la concurrencia del altísimo quórum exigido por la misma Constitución, de tal manera que la Nueva Constitución fluiría de la propia institucionalidad de nuestra actual Constitución.
Plantear la actual vigencia de la oclocracia, es desconocer el funcionamiento y finalidades de la Política y la regulación constitucional de los Partidos Políticos y del Gobierno. En estos tiempos, se requiere más bien actuar con una ética de la responsabilidad, más que de la convicción, y ser honesto intelectualmente.
JORDAN SIMON. Abogado.
Renovada esperanza
Ya estamos en la cuenta atrás, para cerrar el año, que, a pesar de todo, genera deseos de que el nuevo será mejor. Aflora de manera casi espontánea la esperanza, como actitud o disposición habitual, por lo que confiamos lograr algo bueno o deseable en un futuro, a largo o corto plazo, que vemos como probable. Nuestras esperanzas son deseos de una vida mejor, de logros personales o sociales de orden material o espiritual, o esos anhelos profundos de ser mejores personas y superar los vicios o defectos. En el fondo anhelamos ser salvados: de los males que nos aquejan, de la pobreza, las injusticias, de nuestras miserias o vicios o nuestros yerros.
Esta confianza radica en varias fuentes. Una son nuestras fuerzas o cualidades, que a veces fallan y que, tarde o temprano, desaparecerán. Otra es que tenemos ayudas; por un lado, de otras personas que nos impulsan a dar lo mejor o, por su vocación de servicio, contribuyen al bien común. Pero, también aquí sufrimos muchas decepciones. Hace falta una raíz que no falle. Precisamente es lo que hemos celebrado en la Navidad y prolongamos hasta el 1 de enero, lo que proporciona una certeza distinta: en Cristo, Dios se compromete con nosotros con su nacimiento, vida y entrega, y nos trae esa salvación que en el fondo deseamos. Esta no es una esperanza meramente natural, sino que es elevada y transformada en una virtud sobrenatural, por la que esperamos gozar de las promesas del Salvador. Y aquí encaja todo: Aquel que ha puesto en nosotros los deseos de felicidad perfecta, ha de poder hacerlos realidad. Por eso, tiene sentido, y mucho, sentir cada año tantos deseos y anhelos, porque no podríamos vivir sin ellos, pero más sentido tiene saber que Dios se compromete con nosotros para lograrlo. Sólo hay que acogerlo, y dejar que nos salve para poder hacer partícipes de esa salvación a cuantos nos rodean.
Creo merece la pena abrirse a esta esperanza en la "revolución" de Dios, de amor, no de odio ni violencia, que puede transformarnos a nosotros y a nuestra sociedad. Todo encaja.
ESTHER GÓMEZ PEDRO. Directora Nacional de Formación e Identidad Santo Tomás.
Se fue el 2019
Seguro que el 2019, no fue un año feliz para todos y cada uno de nosotros podrá decir las situaciones que más le afectaron.
En los últimos años, las principales instituciones del país, se vieron involucradas en escándalos de probidad y transparencia.
El 12-5-2019, la Universidad del Desarrollo entregó el resultado de un sondeo, donde el 81% de los chilenos creen que las instituciones están en crisis: Iglesias; Poder Judicial y Ministerio Público; militares y carabineros; senadores, diputados, ministros, concejales, gobierno, municipios; empresas y bancos. Se realizaron varias marchas por "No más AFP", "Causas de Mapuches", "Crisis de magnitud que dejó sin agua potable a Osorno y otras ciudades".
El aumento del pasaje en Metro de Santiago, fue la chispa que generó una explosión ciudadana el 18-10-2019, donde las personas reaccionaron con rabia, frustraciones y angustias acumuladas por años; protestas masivas que se irradiaron a todo el país. En las demandas sociales por mejores pensiones, salarios, salud y no más abusos, existe un rechazo generalizado hacia los partidos y clase política. Los infiltrados en las protestas destruyeron infraestructura pública, privada, saquearon e incendiaron locales comerciales; aumentaron las víctimas y la cesantía.
Si anhelamos la paz, se debe crear una economía solidaria, donde el progreso llegue a todos y que tengamos un libre acceso a riberas y playas en Chile.
DERICO COFRÉ CATRIL.
Antifunas
Es hora de una ley antifunas. No será fácil tipificarlas, probarlas, sancionarlas, pero para eso hay en el Ejecutivo y el Legislativo asesores bien remunerados.
La última ocurrencia en materia de perder tiempo parlamentario, es interpelar a la Ministra de Medio Ambiente, por no lograr en la COP 25 que las potencias mundiales de la contaminación firmaran lo que no les interesaba firmar.
A raíz de esas demoras, lo más probable es que la ley antifunas aparezca cuando medio país haya sido funado y refunado. Para ese entonces, a nadie le importará una funa más por un motivo tan noble como promover esa ley.
Mientras tanto, sigamos con acusaciones e interpelaciones a los adversarios políticos, una forma un tanto cara pero legal, civilizada y efectiva de funar.
JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ VIDAL.