Cuando hay predominio de hechos negativos, discordias, actitudes egoístas e intolerantes, falta de compasión y escasa solidaridad -en un atribulado ambiente-, resulta conmovedor, edificante, constructivo y alentador, conocer casos de extraordinaria generosidad y sensibilidad humana, que rescatan la confianza en el prójimo y los anhelos de hacer siempre el bien, sobre todo hacia los más humildes y necesitados. Confirmándose, al mismo tiempo, que la fragilidad social no es sinónimo de descarríos, delincuencia o malas conductas.
Como el hermoso ejemplo humanitario que emana de la vida de la puertomontina Isabel de la Puente, quien logró, hace poco, reunir en Puerto Montt -en un inolvidable reencuentro- a una treintena de hombres adultos, que en su niñez y adolescencia de vulnerabilidad estuvieron bajo el amparo de uno de los hogares de la Fundación Mi Casa en Pelluco, donde se cobijaban 240 protegidos. Y donde ella, en los 80 -como monitora y colaboradora-, entregó más de 15 años de su vida a esos menores, huérfanos de cariño y de escasos recursos, preocupándose, sobre todo, de alegrarles su existencia con algunas entretenciones como películas que arrendaba, un televisor y algunas golosinas y galletas que ella misma les horneaba. Los quería mucho, los vio crecer y compartía ese cariño con sus propios hijos y familiares, desde la primera vez que los vio bajar en fila a la playa del balneario de Pelluco.
Isabel de la Puente, posteriormente, siempre mantuvo contacto con algunos de aquellos jóvenes y, a través de internet, contribuyó a hacer realidad el sueño de 35 de ellos, que deseaban -ya adultos y con buenas familias y trabajos-, reencontrarse y compartir sus ejemplares experiencias de superación de vida, como así ocurrió por cuatro días en nuestro puerto. Una fraterna convivencia, donde lo que más recordaban y valorizaban -con mucha emoción- era el cariño y trato humanitario que Isabel les había prodigado con tanto fervor, en aquella rigurosa estadía, solitarios y sin afecto familiar.
Ese amor los socorrió, para que hoy sean felices.