¿Fuerza proporcional?
El derecho a la legítima defensa permite hacer uso de fuerza proporcional a la usada por el atacante, para defender la propia integridad física. Esto, que es muy razonable entre personas comunes y corrientes, presenta ciertos matices dependiendo del nivel de autoridad que representa la persona atacada. Hay muchos ejemplos obvios de estos casos y no me detendré en ellos. Pero sí es importante detenerse en el caso de la autoridad policial.
En las democracias más desarrolladas y estables, cualquier ataque a un policía es penado en grado mayor al que es penado el mismo ataque a un civil común y corriente. Correspondientemente, si un policía es atacado, con palos, fuego o arma blanca, responderá con arma de fuego; si es atacado con arma de fuego, responderá con arma de fuego de mayor potencia y efectividad. En Canadá, un país claramente respetuoso de los derechos humanos, si alguien se acerca a menos de 30 metros de un policía con un arma blanca en la mano, éste podrá repelerlo con arma de fuego. Con estos procedimientos se respeta el orden institucional y constitucional que representa la policía como fuerza de orden público, en nombre del poder ejecutivo.
Por lo anterior, es del todo inaceptable lo que ocurre con Carabineros de Chile, los cuales pueden ser impunemente atacados, ¡incluso en sus cuarteles!, sin que tengan derecho a la más básica defensa. Muchos piensan que solo se trata de personas uniformadas, con preparación inadecuada, pero esto no es así. Ellos son representantes de la más alta autoridad del Estado y al atacarlos a ellos, se ataca a esta.
Esto no es un llamado a que Carabineros salga a disparar a diestra y siniestra, pero sí se debe advertir a todos los manifestantes que, llegado el momento, se usarán los protocolos que corresponden, como país democrático y civilizado que somos.
ANDRÉS FUENTES BELMAR. Ingeniero Civil. Frutillar.
Veterano Guerra del Pacífico
Ayer día lunes 13 de enero, se conmemoró un nuevo aniversario del Día del Veterano de la Guerra de Pacífico, que fue instaurado en el año 1926 y que coincide con la fecha de la Batalla de Chorrillos.
Soy parte de una generación que no tuvo el honor de toparse con ninguno de los Veteranos de 1879, cuando ellos desfilaban o asistía a ceremonias con su uniforme a la usanza francesa y orgullosos de medallas ganadas en combate; pero sí pertenezco a la generación que por medio de los libros, monumentos y nombres de calles pudo conocer los hitos y hazañas de la Guerra del Pacífico.
Ya las distintas Asociaciones de Veteranos, Mutuales y Círculos creados por ellos mismos no funcionan, como lo fue el Círculo de Veteranos del 79, Sociedad de Militares, Civiles y Veteranos del 79, Sociedad de Veteranos del 79, Círculo de Jefes y Oficiales del Ejército y Marina, Sociedad Defensores de Chile, Sociedad Veteranos del 79 de Osorno y Liga Patriótica Militar, que se suman a otras organizaciones que el Estado y la Iglesia formaron para atender a los valientes soldados cuando llegaron a la patria o a los huérfanos que dejó este conflicto.
Este día del Veterano en pleno siglo XXI nos debe acercar a recordar que todo el país les debe algo a estas personas que sin duda dieron su vida por la patria. Muchos de ellos no fallecieron en conflicto, "pero no serán los mismos que volvieron", hombres, mujeres y niños; políticos, empresarios, profesionales y obreros; chilenos y extranjeros; del campo y la ciudad, que sintieron el llamado de la patria y escribieron las páginas más gloriosas de nuestra historia como una sola sociedad, como un solo país y lo más importante: como una sola nación.
GONZALO VALDÉS LUFI. Centro Ramón Cañas Montalva.
Rol social
¿Quién puede solucionar la crisis?
Esa parece ser una de las preguntas que más se repiten a partir del 18 de octubre de 2019, cuando la ciudadanía se manifestó de variadas formas, buscando expresar sus sentimientos y necesidades en su quehacer diario.
La respuesta está en quienes son expertos en detección, interpretación y transformación de carencias en oportunidades: los trabajadores sociales. Es común circunscribirnos en lo meramente economicista, pero más trascendental es el entendimiento del contexto y realidad de la ciudadanía. Es ahí donde el rol de quienes se vinculan con el trabajo social, es importante y valioso.
Temáticas como protección y seguridad de las personas, equidad e igualdad de oportunidades, acceso a condiciones de vida que dignifiquen a los adultos mayores, enfermos o discapacitados en situación de pobreza, marginalidad y violencia -entre otros- erigen al trabajador social como un agente de diálogo. Es la punta de lanza, que al entregar su visión permitirá que la política pública se diseñe, aplique y evalúe de forma más integral.
El compromiso con el bien común y la integración constructiva desde la mirada del trabajo social en equipos multidisciplinarios, es lo que le permite actuar e incidir en temas fundados en los derechos y libertades humanas, la equidad social y la igualdad de oportunidades, ejerciendo una irrestricta vocación de servicio para propender a elevar los niveles de prosperidad, humanizando y transformando nuestra sociedad.
Será la perspectiva que desarrollemos como país en los próximos meses, lo que definirá los caminos que debamos recorrer en adelante.
Ese camino no puede dejar de lado el rol del trabajo social como gran impulsor y referente.
CARMEN GLORIA BEROÍZA. Directora Escuela Desarrollo Social AIEP.
Otra realidad
Por mucho que nuestros representantes populares digan que las acusaciones constitucionales e interpelaciones varias "programadas" para estas semanas, no van a "interferir" en su labor parlamentaria propiamente tal, especialmente en aquellas a las que deberían "dedicarse" tras la solución a las más urgentes demandas sociales, y si así fuere, van a "compensar" ese tiempo distraído, lo cierto es que sí interfieren y tensionan aún más el ambiente, y ese tiempo perdido, perdido está, de una parte. De la otra, que iban a trabajar en febrero o parte de ese mes, dadas estas excepcionales circunstancias de estallido social, como lo habían propuesto y dicho los senadores Guillier, Quintana y otros.
JORGE SAAVEDRA MOENA.