Correo
Aporte solidario
Un punto clave en la propuesta que promueven varios personeros de oposición, es que la reforma de pensiones debería considerar llevar la cotización adicional a un fondo común de reparto y no a las cuentas personas. En esa línea y, recordando las palabras de Augusto Iglesias, quisiera aclarar que "Solidaridad" y "reparto" son conceptos distintos e independientes. El primero se refiere a la necesidad de entregar apoyo a los grupos más vulnerables y desfavorecidos de pensionados y familiares que dependan económicamente de ellos. El segundo, al mecanismo que se use para financiar las transferencias hacia esos grupos. De hecho, al "repartir" las cotizaciones entre los pensionados, no se puede asegurar que efectivamente quienes tienen mejor situación socioeconómica ayuden a quienes menos tienen (a los más vulnerables). Por el contrario, las transferencias que se originan en un sistema de reparto de cotizaciones, son regresivas y caras. En esa línea, la propuesta del Gobierno va en la línea correcta, ya que crea un ahorro colectivo y solidario. El que se financiará con un 3% de cotización adicional de cargo del empleador y que será administrado por una Institución Pública Autónoma, que entregará una pensión adicional a aquella financiada con ahorros propios o del Pilar Solidario, a los jubilados actuales, con muy exigentes requisitos de sustentabilidad, profesionalismo, eficacia y transparencia. Una medida que beneficiará directamente a quienes más lo necesitan.
SOLEDAD RODRÍGUEZ H.
¿Cuál dignidad?
He leído con atención la carta enviada por doña Carola Rubia, directora ejecutiva de Fundación Descúbreme, referente al pilar solidario y discapacidad. Concuerdo plenamente en su contenido y análisis, por cuanto en la "agenda social" y "pilar solidario" del cual todos hablan, no se considera el aumento de la pensión para quienes son discapacitados que no pueden realizar actividades. ¿Acaso ellos no se alimentan, no necesitan medicamentos aparte de los que otorga el Estado, no pueden acceder a una vida digna? ¿Son de clase vulnerable solo para hablar cuando hay campañas políticas? El año 2022 recién podrían obtener un reajuste a sus pensiones solidarias que hoy son de cien mil pesos. En dos años más recién tendrán un poquito más para ayudar a su sobrevivencia. Si hablamos de sociedad inclusiva, no pueden dejar de lado a las personas más vulnerables que son los discapacitados físicos y sobre todo mentales. Por conocimiento propio, sé cuánto gasta un enfermo siquiátrico en pasajes a controles semanales; comida (sufren ataques de ansiedad u olvidos); vestuario que olvidan en cualquier parte; zapatos porque caminan muchísimo sin rumbo; y si agregamos que ellos no pueden trabajar porque nadie les da trabajo a un paciente siquiátrico, que se enferma su cuidador, que por cierto debe hacerse cargo de ellos de por vida; que se enferma su mente y su físico y que para peor, no están considerados en los planes de Salud selectiva; que no son beneficiarios de vivienda y que sobreviven porque alguien de la familia o amigos los ayuda.Eso solo lo sabemos los que tenemos algún familiar en esas condiciones, no lo saben nuestras autoridades porque viven en otro mundo. Si de aquí al 2022 muere el sostenedor económico de estas personas, ¿cómo sobrevivirán?. Si no pueden tener una vivienda por el peligro de incendios o lo que sea que estipula la evaluación del Estado, ¿dónde van a vivir y con qué, si quedan solos?
Sumo mi futura pensión después de haber trabajado toda una vida, aproximadamente 150 mil pesos más los 100 del discapacitado y no me cuadra, por ninguna parte, la DIGNIDAD de la que tanto hablan los políticos, autoridades de los años pasados y futuros, como tampoco lo hace la sociedad que hoy "despertó". En vez de uno, seremos dos pobres más…
Las mismas y mejores oportunidades deberían tener los discapacitados en un país que dice ser solidario.
Puede que a nadie le importe lo que hoy escribo, pero agradezco a la Fundación que sí entiende que la calidad de vida de los más pobres de los pobres debe mejorar.
MARTA VIDAL MUÑOZ.
Farmacias y consecuencias
Uno de los sectores más afectados por el vandalismo post 18/10, ha sido el de las farmacias. Nuestras farmacias han sido quemadas, saqueadas, dañadas e impedidas de funcionar normalmente con el consiguiente daño económico y de puestos de trabajo. Ahora, como guinda de la torta, el ministerio de Salud lanza una campaña que deja a las farmacias (sin distinción) como los malos de la película, que quieren a toda costa abusar de sus clientes. En el clima social que enfrentamos, un comercial de esa naturaleza no solo es injusto con las farmacias independientes y con quienes por años hemos denunciado los abusos y la malas prácticas en materia de precios de medicamentos. Malas prácticas encabezadas por los Laboratorios Internacionales establecidos en nuestro país, por cierto además con una importante colaboración de las cadenas de farmacias, su colusión y precios abusivos desde siempre. No es aceptable que el Ministerio de Salud actúe con este nivel de frivolidad, sin considerar los efectos de su mensaje en los establecimientos farmacéuticos, sus funcionarios y clientes. Si el Ministerio de Salud quiere deslindar su responsabilidad de regulador, no somos las farmacias independientes quienes debemos pagar los costos.
DANIEL ZAPATA ZAPATA. Propietario Farmacia Daniela.
Democracia chilensis
Nuestra democracia ha estado en tensión desde octubre pasado a la fecha. Se le ha tratado con graves descalificaciones y que solo sería útil para una élite corrupta, que dista mucho del pueblo virtuoso que supuestamente carece de representación. Malas noticias para los autoflagelantes. The Economist lanzó un ranking de medición de las democracias, en la cual nuestro país integra el selecto grupo de las democracias plenas. Chile es el 21º y se codea con la primera división de las democracias mejor evaluadas. El desafío está en mantenerse en la división de honor y no caer en el descenso. Relativizar la democracia, la representación, el diálogo y los mecanismos institucionales de resolución de conflictos, nos puede bajar del podio. Es momento de valorar lo que tenemos y, a partir de allí, perfeccionarlo en aras de seguir consolidando una democracia estable en el tiempo.
JOSÉ LUIS TREVIA. Investigador Fundación para el Progreso.