El incendio de la Iglesia San Francisco de Ancud es una verdadera tragedia y una pérdida no sólo para el mundo cristiano y la comunidad chilota, sino que para el patrimonio cultural de nuestra región y de nuestro país. La riqueza histórica de este tipo de edificaciones es reconocida en el mundo entero. En un escenario natural con condiciones climáticas tan adversas como las que debemos enfrentar en el sur del país, se levantan estas hermosas construcciones tan características de nuestra tierra y que representan genuinamente la fe y la esperanza de nuestra gente.
Una y otra vez nuestro país se ha levantado ante las dificultades y con el empuje, solidaridad y trabajo de todos, ha sabido afrontar los embates del destino para ponerse de pie. Entre las llamas, hechos cenizas, quedaron objetos de valor incalculable como pinturas, figuras religiosas, etc., reliquias invaluables que en su conjunto se encontraban en vías de ser declaradas "monumento nacional".
Con ilusión nos enteramos de que los planos originales de la obra -que fue construida hace casi 100 años- se encuentran disponibles y es factible poder pensar en su reconstrucción en base a ellos. No tengo dudas de que más temprano que tarde la Iglesia San Francisco volverá a relucir imponente para la alegría de los feligreses y vecinos de Ancud, de Chiloé y de los visitantes de todo el país y del extranjero.
Hace algunos días, junto a todos los diputados de la Región de Los Lagos, transversalmente firmamos una carta dirigida al Presidente Sebastián Piñera, en la cual pedimos que disponga la gestión de los recursos técnicos y económicos para su reconstrucción, porque debemos proteger y preservar nuestras riquezas culturales que nos otorgan un sello tan característico y nos distinguen en el mundo entero.
Debemos buscar y fomentar también las alianzas publico-privadas para costear esta inversión. Los instrumentos para lograrlo existen y es relevante que el Gobierno instruya a los ministros de las carteras correspondientes, para en conjunto, trabajar en un proyecto que posibilite la reconstrucción de nuestra Iglesia de San Francisco. No perdamos nunca la esperanza y no dejemos que las adversidades le ganen a nuestra voluntad. Si algo nos ha enseñado la historia es que aunque los tiempos parezcan complejos, trabajando unidos sabremos sortear cualquier adversidad.
Alejandro Santana, diputado por Puerto Montt y Chiloé