"Hay gente que fue detenida por estar manifestándose y siguen presos"
David Albala hace ingreso al Teatro Diego Rivera. Se prepara para participar en un conversatorio que precede a la exhibición de su película, Pacto de Fuga. Su silla de ruedas es guiada por su acompañante, las personas lo miran con la intención de saludarlo. Él levanta la mano y hace un gesto para confirmar que sí, es el director, como se escuchaba en los cuchicheos.
Su filme relata el escape de 49 presos políticos de la Cárcel Pública de Santiago. En un poco más de un año idearon un plan de escape que incluía un túnel de 80 metros de largo hecho con un destornillador y esconder 55 toneladas de tierra dentro de penal. El largometraje, protagonizado por Benjamín Vicuña, Roberto Farías y Amparo Noguera, ha reunido 161 mil espectadores en tres fin de semanas, un escenario optimista para una cinta nacional.
- ¿Qué lo motivó a hacer Pacto de Fuga?
- Cuando tenía 18 años vi la noticia Me impresionó la obra de ingeniería. Nunca se me olvidó la preponderancia del hecho. A los años, estudiando cine en Estados Unidos, busqué en internet si existía la película, porque me parecía una historia extraordinaria que merecía estar en la pantalla grande. Pero no la encontré. Entonces cuando llegué a Chile me dediqué a postular proyectos a Corfo y uno de esos era este, Pacto de Fuga. Ganamos el fondo y empezamos a desarrollar con primeras versiones de guión. Por supuesto llevó mucha investigación. Después conocí a Raúl Blanchet, que fue quien lideró la fuga. Le pedí ser parte del equipo. Trabajamos tres años juntos en el desarrollo de este guión. Porque evidentemente en 135 minutos no cabe todo lo que ocurrió en 18 meses.
- ¿Cómo llegó su proyecto a Fox?
- Llegué a Fox porque uno de nuestros productores ejecutivos, Carlos Núñez, tenía contactos con ellos y me llevó a mí, siendo un director desconocido pero sabiendo que teníamos un proyecto muy potente. Andrés Cortés, quien era el gerente de marketing de Fox, revisó el guión y le hizo una serie de observaciones. Con el equipo de guión -Loreto Caro-Valdés y Susana Quiroz- lo re-escribimos.
Entramos a rodaje con la versión n°25 del texto. Luego el equipo de Fox fue a la filmación porque querían ver cómo dirigía, nos pidieron material de cámara, y montamos un trailer de 10 minutos. Les encantó y nos dijeron "hicieron la pega, queremos trabajar con ustedes".
- Otros filmes chilenos se han sumado a Netflix después de sus pasos exitosos por la cartelera ¿hará eso con su película?
- Cuando haces una película desde un comienzo defines que las vas a vender a salas de cine, plataformas como Netflix, Amazon Prime o Hulu, también a líneas aéreas, canales de televisión. Eventualmente se la venderemos a Netflix, u otro que esté interesado en ella.
Ficción
- ¿Cómo llegó a la decisión de realizar ficción en vez de continuar su línea documental?
- Quería hacer ficción desde que estudiaba periodismo en la universidad. Trabajé en documental, en la serie Patiperros, pero siempre con el anhelo del relato de personajes. Cuando estudié cine en Estados Unidos hice la transición desde el documental. Volví a Chile y empecé a desarrollar proyectos de ficción. Independiente a que estén basados en eventos reales. Porque la idea era contar una historia que tiene estructura dramática dentro del cine de ficción. Por eso lo hice así, porque era una forma de dramatizar audiovisualmente y actoralmente una historia que merecía ser llevada a la pantalla grande.
- La crítica califica su cinta como una película de acción, ¿cómo fue su incursión en el cine de género?
- Tendría que decirte que la crítica podrá decir eso, pero no fue como nosotros lo trabajamos. Hubo una estructura de narración para la historia, y sin-querer-queriendo tocaba cosas de la estructura del cine de género, pero no es hubiésemos sacado un manual de "Cine de género: películas de fuga". Lo estructuramos respecto a la historia que queríamos contar. Quisimos traspasar el suspenso que los presos vivieron planeando y ejecutando su fuga, hay mecanismos de la narración audiovisual que te lo permiten.
Quizás los críticos dicen que es una película de género porque cumple ciertos patrones que logran mantener el suspenso, o la acción, porque es una combinación. Me atrevo a decir que es más una película de drama y suspenso, que de suspenso y acción.
- ¿Qué fue lo más difícil a la hora de grabar la película?
- El desarrollo de la película es muy complicado, y todas las etapas tienen sus propias dificultades. Filmamos una película que tiene 460 escenas más 20 anexos contra el tiempo. Eso implica tremendas exigencias. Nos tomó dos meses y medio. Teníamos 11 horas diarias de rodaje. Había que ser muy preciso, y obtener la calidad en la menor cantidad de tomar posibles. Filmábamos 4 tomas para obtener una buena. Hay directores que filman 100 para tener una.
ESTALLIDO
- ¿Cree que el retraso del estreno de película haya generado más expectativa sobre la misma?
- Podría decirse, pero era algo que no sabíamos. Íbamos a estrenar el 24 de octubre originalmente, y cuando se retrasa tampoco supimos qué iba significar el estallido social. La película ya estaba hecha, la terminamos en marzo de 2019. Las canciones ya estaban listas, estaban Los Prisioneros, Anita Tijoux, Inti Illimani, Víctor Jara… Cuando se produce el estallido social, nos vimos sorprendidos al darnos cuenta que cosas que se hablan en la película la gente empezó a hablarlas en las calles. Y al mismo tiempo, nuestra banda sonora se oía más que nunca ¡Fue muy loco! Nunca pensamos que nuestra película, que tenía una historia de hace treinta años, se iba a rejuvenecer tan rápido, con canciones que volvían al presente como El Baile de los que Sobran.
- Entonces, ¿lo benefició?
- Al parecer, la gente está mucho más dispuesta a hacer reflexiones sobre la política contingente y la del pasado. Hay temáticas que se arrastran por más de treinta años.
- Su película habla sobre presos políticos, ¿los hay en este momento?
- No sé si entran en la categoría, creo que es un concepto que corresponde a estados de excepción, como las dictaduras. Sin embargo, podría caberle a gente que está esperando procesos judiciales y que ya llevan hasta tres meses encarcelados. No sé si es un concepto legal o algo que pone la gente. Hay gente que por estar manifestándose fue detenido y sigue preso, entonces qué pasa con los procesos judiciales, ¿cuánto tiempo se van a demorar? Sabemos lo que ha hecho el INDH y Humans Rights Watch(HRW) en lo que es la constatación de delitos de lesa humanidad. Uno podría decir que cualquiera que haya pasado por eso es un preso político.