El día que Puerto Montt se desplegó en Concepción
Luis Toledo MoraPeriodista, máster en Protección Civil y Gestión de Emergencias Universidad de Valencia.
Hace exactamente una década, a las 3.34 de la madrugada del 27 de febrero de 2010, un movimiento sísmico de 8,8 grados con epicentro frente a las costas de Cobquecura, en la Región del Biobío, sorprendió a todo el sur de Chile. Era la madrugada del sábado y muchos estaban aprovechando el último fin de semana de verano.
En Puerto Montt y gran parte del sur, la interrupción del suministro eléctrico llegó segundos antes que la onda sísmica, la que se sintió con relativa intensidad. Las primeras informaciones de la magnitud de lo ocurrido, aunque con algunas inexactitudes, llegaban desde las radios argentinas que los vecinos escuchaban al interior de sus automóviles ante la falta de energía.
El intenso sismo del 27 F sorprendió a los puertomontinos, pero no nos inmovilizó. A penas llegó la luz del día comenzaron los preparativos para ir en apoyo de Concepción y Talcahuano, los centros urbanos más importantes en la zona de mayor afectación por el terremoto.
Desde El Tepual dos aviones Twin Otter de la FACh partieron con nuestros Bomberos, para apoyar labores de rescate y extinción de incendios. A su llegada, varios voluntarios trabajaron de inmediato en el rescate de víctimas en el colapsado edificio Alto Río, estructura que los medios de comunicación convirtieron en una verdadera postal de los efectos del sismo.
Hasta el aeropuerto penquista de Carriel Sur, llegó el general Leopoldo Moya, comandante de la Tercera Brigada Aérea con asiento en Puerto Montt, quien realizó un intenso trabajo en coordinar las operaciones del puente aéreo que permitió llevar durante el primer mes de la emergencia mil 500 toneladas de ayuda humanitaria y transportar a 11 mil personas. Días después, y por vía terrestre, el Batallón de Infantería del Regimiento Sangra movilizó a sus efectivos hasta Tirúa y Concepción, desarrollando labores humanitarias y de resguardo del orden público.
Efectivos de la PDI, Carabineros, funcionarios de Salud y profesionales de los medios de comunicación, también llegaron a Concepción, mientras que desde Puerto Montt la comunidad se organizaba -motivada por una radiotón que se realizó desde el estudio de Digital FM- para reunir agua embotellada, leche y pañales con el fin de ayudar a los afectados por el terremoto y posterior maremoto.
A 10 años del 27F, es importante recordar lo ocurrido, sus efectos y el cómo respondimos a una emergencia, para generar esa memoria colectiva que es fundamental para la reducción de riesgo de desastres, ese recuerdo que en el futuro será útil para salvar vidas frente a otro fenómeno en uno de los países más sísmicos del planeta.