Doggenweiler y su programa de cocina en pareja: "Es como un buen carrete"
TELEVISIÓN. La periodista comenta la apuesta en horario prime de TVN, "Cocina fusión", y se refiere a su paso por Viña.
Este jueves, y después de concluir su labor como jurado en un Festival de Viña que califica como "histórico", Karen Doggenweiler debutará en la conducción de un nuevo programa semanal que mezcla la pasión por la comida con la conversación de los eventuales comensales que la preparan. Guiados por un trío de conocidos chefs, tres parejas competirán por ver quién fabrica el mejor plato de fondo, postre y entrada que luego disfrutarán sentados a una mesa mientras recorren anécdotas personales.
Ha sido "una tremenda experiencia culinaria y de conversación", afirma Doggenweiler y dice que comer y conversar es un placer muy extendido: "La cocina es un espacio muy rico, no solamente para aprender a hacer un buen plato, creo que se adapta muy bien a un lugar para cruzar anécdotas y compartir, así que creo que el programa es como un buen carrete".
La animadora cuenta que siempre tuvo libre paso a la cocina en su casa: "Tengo una mamá de sangre española a la que le encanta la cocina, a mi papá también le gustaba, no cocinaba mucho, pero sí era bueno para comer. Desde la preparación hasta la sobremesa han sido momentos muy presentes en mi familia. Ahora comparto ese gusto por la cocina con mis dos hijas, la Fernanda ya vive sola, pero con la Manuelita cocinamos mucho juntas y ella salió una tremenda cocinera y chef".
Sobre el programa, cuenta que será una primera temporada de diez capítulos y adelanta que los invitados no saben con quién les tocará hacer equipo. "Es un formato propio de TVN y, como su nombre lo indica, vamos a mezclar ingredientes, pero además vamos a mezclar invitados, temas y anécdotas. A las parejas las hemos convocado con su poquito de picardía y maldad, por supuesto. Las queremos ver interactuando y participando en la creación de diferentes preparaciones", explica.
Los tres chefs que acompañan a los invitados son el belga Mathieu Michel, el argentino Juan Manuel Pena Passaro y el chileno Tomás Olivera. "Son geniales, muy secos en lo suyo, divertidos y libres en sus preparaciones. Los conocía y admiro sus trabajos y trayectorias. Tomás Olivera es cocina chilena, tiene un talento y una capacidad que asombra; Juanma tiene Argentina Pizzería, tiene unas preparaciones que son deliciosas; a Math también lo conozco, lancé un libro de él hace un tiempo y es seco. Durante la preparación los estrujo a cada rato con preguntas y he aprendido muchísimo de estos chefs de lujo. Ellos van rotando en la guía de cada preparación, el plato que presentan al principio los invitados tienen que replicarlo con la mayor fidelidad, ahí está la dificultad porque es una sola oportunidad para tratar de dejarlo igual en su sabor y en cómo se ve", cuenta Doggenweiler.
"festival histórico"
Un ajetreado comienzo de año es el que lleva andado la periodista. A su paso por el Festival de Olmué coanimando con Álvaro Escobar, sumó un exitoso reemplazo de María Luisa Godoy en el matinal y la conducción conjunta con figuras del canal 13 de "Échale la culpa a Viña".
- En el sitio web de Fotech saliste elegida hace poco como la animadora favorita del matinal de TVN, ¿cómo lo tomas?
- Me gusta muchísimo este foro de conversación que se da en Fotech, así que estoy súper agradecida de todos los que votaron por mí. Los reconocimientos siempre son tan bonitos, son tan gratificantes y reconfortantes... así que los agradezco.
- ¿Como viviste ser jurado en Viña?
- Yo creo que me ha pasado lo que les pasó a todos los colegas que hicieron la cobertura del Festival. Una vez que se tomó la decisión de hacerlo, corresponde hacer el trabajo con el mismo compromiso y profesionalismo de siempre. Creo que este Festival fue histórico, hemos podido ver a los artistas expresarse en el escenario, nos hemos emocionado, hemos reído, creo que ha sido un festival del que vamos a seguir hablando durante mucho tiempo. La gente fue a ver a sus artistas favoritos y también vino a expresarse, fue un público activo, que se manifestó, vibró y se emocionó. Es súper válido y ha sido un fiel reflejo de lo que pasa en el Chile actual.