Plebiscito y coronavirus
Ya se hace inminente que el llamado coronavirus impactará fuertemente economías y mercados a nivel mundial, y Chile no está ajeno a este hecho que ya está afectando algunas áreas, como la de las exportaciones. Es prioritario, por tanto, no sumar más incertidumbre a un país como Chile; golpeado por una crisis social que, a todas luces, se agudizará de concretarse la opción Apruebo.
En consecuencia, existen dos vías en el corto plazo para capear el escenario que se avecina: posponer indefinidamente el plebiscito del 26 de abril, hasta que se supere la contingencia provocada por la pandemia que se nos avecina, o marcar Rechazo en la papeleta electoral, a objeto de salvaguardar definitivamente la paz social y económica del país, a través de reformas responsables y consensuadas a nuestra actual Carta Fundamental; la cual, artículos más artículos menos, nos ha brindado el período de mayor progreso y movilidad social de nuestra historia como nación.
Héctor Aguilera M.
Sanciones a carabineros
Entre otras iniciativas discriminatorias, se está tratando de legislar para aumentar las penas por atentados a carabineros de servicio. Para que exista un justo equilibrio, entonces habría que aumentar también las penas cuando cometen delitos los carabineros en servicio, pues tienen la ventaja de un equipamiento completo proporcionado por todos los chilenos, para defendernos y no para violentarnos.
Y de seguirse esta espiral, no terminaríamos nunca de legislar para personas y grupos privilegiados, en circunstancias que nuestra Constitución dice que todos somos iguales ante la ley, y que en Chile no hay personas ni grupos privilegiados. ¿Y acaso nuestro Código Penal no ha contemplado desde siempre las agravantes y atenuantes que en cada caso correspondan?
Juan Soto Quiroz
Escasez de policías
La escasez de policías obligó al Gobierno a llamar al servicio a carabineros retirados. A juzgar por el adulto mayor (69 años) que se vio lanzando patadas voladoras por la espalda a un carabinero, la primera línea también está escasa de gente.
José Luis Hernández
Daños al transporte público
¿Por qué seguimos destruyendo el transporte público? Si algún día se recupera la economía y se inauguran las líneas 7, 8 y 9 del Metro, más las extensiones de las líneas 2, 3, 4 y 6, el 50% de los habitantes de Santiago tendrían una estación de Metro a menos de 20 minutos caminando.
Si a eso le agregamos la combinación con scooters y bicicletas, el 75% de los habitantes de Santiago podrían desplazarse sin utilizar el auto. Por ejemplo, sólo un tren de Metro transporta el equivalente a 930 autos y un viaje en Metro contamina 146 millones de veces menos que un viaje en auto, ya que Metro no emite gases ni partículas contaminantes al aire.
Es por esto que si nos llenamos la boca con la desigualdad, la dignidad y el medio ambiente, debemos ser coherentes y consecuentes y proteger el Metro, las bicicletas, los buses eléctricos y los scooters que se nos proporciona. Por cada bus y estación de Metro quemada aumenta la desigualdad, les quita dignidad a las personas y, de paso, contaminamos enormemente el ambiente en que nos desenvolvemos. Quemar y destruir no será una forma de protesta mientras los únicos perjudicados sean los trabajadores, los más pobres y las personas más vulnerables del país.
Francisca Herrera J.
Repitencia escolar
La repitencia, como estaba concebida hasta antes de la aprobación del nuevo decreto, no era una medida positiva para el desarrollo del estudiante por varios motivos. El alumno debía repetir -además de las asignaturas deficientes- las que ya había aprobado; era separado de sus pares, con las consecuencias socioemocionales; y se le enseñaba con las mismas metodologías de enseñanza que para él no habían dado resultado. En síntesis, la repitencia en el decreto derogado estaba concebida como un castigo que responsabilizaba al niño del fracaso.
El nuevo decreto (67) pretende corregir la idea de repitencia como castigo y se instala como una medida excepcional, en la que se consideran no sólo las notas del estudiante, sino todo el contexto familiar y escolar que lo llevó a una situación de repitencia. De este modo la repitencia se transforma de una decisión punitiva a una decisión pedagógica, que considera además el acompañamiento del estudiante en este proceso. Este último punto es el más importante, para que la repitencia promueva el desarrollo del niño, los profesores deben contar con las condiciones necesarias para poder dar acompañamiento a los estudiantes que lo necesiten.
Marianela Navarro, académica de la Universidad los Andes