Coronavirus y democracia
Nadie esperaba que una gripe pusiera al mundo en jaque, y sin embargo, nos encontramos frente a una pandemia de proporciones indeterminadas.
Expertos concuerdan que el mundo no será el mismo después del covid-19. Se auguran más controles sanitarios, disminución de butacas en las salas de cine o de mesas en los restaurantes, y cambios en el uso de los espacios para oficinas. Pero, además, se cree que habrán sistemas de seguimiento personal para rastrear individuos portadores de virus, uso de geolocalización para prevenir contagios, requerimiento de pasaportes sanitarios para abordar un vuelo, en suma, mayor restricción a las libertades.
En Chile, es impactante ver cómo la ciudadanía se ha volcado a solicitar se les decrete cuarentena total, como si fuera necesario que exista una orden estatal para tomar las medidas de responsabilidad personal que la situación requiere. Ya estamos bajo toque de queda nacional y como si ello fuera poco, más de 80 recursos de protección se han presentado, pidiendo ser "encerrados en nuestras casas". Se reclaman mayores poderes para el Estado, exigiendo facultades para requisar bienes e imponer cargas a particulares, sin derecho a ser indemnizados.
En fin, estamos pidiendo que nos cuide el Estado, pero uno que resuelva con poder total sobre nuestra vida, muerte, salud, libertad y bienes. Yuval Harari, Byung-Chul Han, Gideon Lichfield y Neil Ferguson, entre otros, advierten sobre los cambios que se avecinan, y quizá el más preocupante no sea la realidad que nos espera con nuevos virus y enfermedades, sino el riesgo de abandonar ideales liberales y democráticos, bajo el pretexto de proteger nuestras vidas. Tal disyuntiva no puede estar sobre la mesa.
Harari dice que "se enfrentan dos opciones sobre cómo combatir la pandemia: la vigilancia totalitaria versus empoderamiento de la ciudadanía, y el aislamiento nacionalista versus solidaridad global". Resulta preocupante que debamos abordar en este escenario de pánico nacional y mundial, un debate sobre nuestra Constitución, ya que pareciera que tanto las autoridades como los chilenos prefieren la vigilancia totalitaria y el aislamiento nacionalista -empujados por un pánico colectivo- por sobre la solidaridad y el empoderamiento ciudadano.
Creo insoslayable repensar el calendario del debate constitucional. Desde mi perspectiva (estoy por votar Apruebo), no están dadas las condiciones para debatir sobre una nueva carta fundamental, cuyo sentido más profundo es precisamente establecer límites al ejercicio del poder, en resguardo de los ciudadanos. Mantengamos la calma, saquemos lecciones y tengamos presente que, cómo me dijo un gran amigo, "las semanas de encierro han hecho reflexionar a los chinos más sobre el ancho de la vida, que sobre el largo de la misma".
Lorenzo Miranda Morales
Reducción de contaminación
En Alemania hay 763 aviones Lufthansa paralizados con enormes motores que dejaron de producir millones de metros cúbicos de CO2. Si agregamos los aviones paralizados en el mundo más los buques militares, cruceros de turismo y todos los motores de los vehículos, resulta que está bien limpio el cielo.
Con esta situación climática, el calentamiento global tendría que disminuir; esto se notaría en el hemisferio norte y en el hemisferio sur.
Pero esto es un aviso enorme que envuelve a la santa tierra por el gran confort que nos estamos dando los humanos que nos creemos seres racionales. Hay que limpiar el agua. En Chile todos los ríos llegan al mar y mueren, en Israel ninguno llega al Mediterráneo y les sobra o les alcanza.
Héctor Aguilar Gómez
Mejorar el capital cognitivo
Si hay novelas que tienen el mérito de cambiar la vida para siempre, una de ellas es "Al este del Edén", de John Steinbeck. Frente al avance de la pandemia y ad portas a su empeoramiento, qué experiencia invaluable sería inundarse de sus páginas durante la cuarentena, pues no sólo trata con maestría la brutalidad, sino que también la lucha por la aceptación, la sexualidad y, sobre todo, la decencia.
Pero tanta sensibilidad literaria se pulveriza cuando fuertes barreras cognitivas, económicas y prácticas del Chile en el que coexistimos impiden el privilegio de explorarse a uno mismo, leyendo novelas de más de 600 páginas. Si hay algo fundamental de atender como urgencia social -una vez que la tormenta pandémica amaine-, es la actual estratificación de capitales cognitivos, que un sistema educativo público de alto rendimiento puede revertir.
Esa causa no debe renunciarse hasta lograr su conquista.
Camilo Barría-Rodríguez
Alza del precio del pan
Los molineros reconocen que la harina podría subir su precio, pero nunca tanto, como para que los panaderos (Indupan) estimen que el precio del pan podría aumentar en un 20%. ¿En otras palabras, los panaderos se estarían aprovechando del "PANico" por el coronavirus?
Luis Enrique Soler