"Si me hubieran visto por TV, seguro habría fichado en un equipo de primera"
Se cansó de hacer goles en todos los clubes en los que jugó. En su mente, calcula que sobrepasaron los 150 goles en los 11 años en el que permaneció en el fútbol profesional.
El castreño Bernardo Barría (58) está en la cima de los máximos artilleros históricos de los delfines, con 85 goles en 283 partidos disputados, en siete temporadas; el resto, cerca de 50 los hizo defendiendo a Deportes Temuco y en Santiago Wanderers convirtió otras 15 dianas.
Con su gambeta endiablada, el "Chueco" Barría cree que si la televisión chilena hubiera mostrado sus goles de cada fin de semana, otro gallo cantaría y habría sido estelar en cualquier club de Primera División, incluso del extranjero, asegura.
Pero se retiró joven del profesionalismo, en el que deslumbró con sus pinceladas de talento y con esa zurda que hacía temblar a los defensas.
Desde el año 2000 está dedicado a conducir ambulancias del hospital de la capital chilota. Asegura que es un trabajo riesgoso, pero que hasta el momento no le ha tocado trasladar a ningún paciente covid, aunque sabe que ese momento puede ocurrir pero del cual, agrega, cuenta con todos los implementos de protección.
. ¿Cómo se abre esa posibilidad de incorporarse a un club profesional y dar ese salto desde Chiloé?
- Pasan los años y uno no puede asimilar todo lo que viví en el fútbol. Recordar esos goles que convertí en Puerto Montt, uno no le da la importancia cuando se juega, sino que cuando decido dejar la actividad y pensar ahora que sigo siendo el máximo goleador se valora y es algo muy lindo, especialmente de aquellos que me vieron jugar en el estadio Chinquihue.
-¿Y que ocurre cuando llega?
- Estuve primero recorriendo varias canchas, incluso defendí a Puerto Montt en el nacional adulto de Pichilemu en 1984 y en el fútbol amateur. Retorné a Castro, en donde me desempeñé en un colegio y un verano llega el equipo puertomontino para enfrentar a un combinado local. Le ganamos 3-2 y anoté los tres tantos y el técnico Héctor Barría, junto a Heriberto Soto, me invitaron a integrarme a Puerto Montt en ese año.
- ¿Es verdad que pudo ser carabinero?
- En ese tiempo, tenía otra prioridad: la de enrolarme en el Grupo de Formación Policial. Los dirigentes fueron a conversar conmigo y yo estaba casi adentro de la institución policial y se reunieron todos en la oficina del capitán Muñoz. Entonces me preguntaron si quería ser futbolista o carabinero, lo pensé y opte por jugar fútbol, de lo que no me arrepentí nunca. Seguí a prueba por algunos partidos con elencos de la región y seguía anotando.
- ¿ Se acuerda del debut?
-Del campeonato no, pero sí de un amistoso de preparación ante Audax Italiano, que entrenaba el "Clavito" Godoy.
- ¿Quién le puso el apodo del "Chueco"?
- Acá en Castro, por la forma de caminar que tengo. Lo hago con la punta de los pies hacia adentro. Este problema físico que presentaba me terminó ayudando en los partidos, ya que comencé a perfeccionar la jugada con el borde externo. Cuando iba por el lado izquierdo, nunca desbordaba y me iba hacia adentro por el centro del área y siempre al arquero, le pegaba al lado izquierdo y eso les molestaba mucho a ellos. El gran problema que tenía es que era muy flaco y los técnicos en general exigían que los jugadores tuvieran músculos, lo que afectó en que no fichara en otros clubes de esa época.
- ¿Con qué gol se queda de su historial?
-En realidad, no recuerdo bien a quien le convertí, pero me hacen un centro desde la derecha -donde estaba ubicado el famoso Chanchito Lorenzo- y anticipo al arquero y con un taco anoto, de frente y el arquero quedó parado y el otro, cuando militaba en Temuco y eludí a tres jugadores y entré hasta el arco, emulando la jugada de Carlos Caszely y como ya se veían los goles por la TV, lo tengo grabado. En 1985 fui nominado a una selección chilena de Segunda División que viajó a Corea y con Óscar Rove debíamos viajar cada lunes a Santiago.
- Usted fue el primer jugador que vendió Puerto Montt cuando se fue a Temuco.
- Me pasó que en 1987 terminaba contrato y había una oferta de Temuco y de otros equipos. Puerto Montt cobraba muy caro mi pase, pero se dio mi incorporación a ese equipo. Regresé en 1991 y jugué la liguilla de promoción e hicimos dupla con Mario Vener.
-¿Fue un atacante muy codiciado en esa época?
- En ese tiempo, venían equipos de Primera a disputar partidos de preparación a Puerto Montt y me pasaba, que sin entender, me daban libre para que no me vean. Como no había televisión, no éramos conocidos. Ahora un jugador hace 10 goles por temporada y se lo llevan y en mi caso, anotaba hasta 20 y nadie te decía nada, pasabas inadvertido.
-¿Qué entrenadores lo marcaron?
- Recuerdo al profe "Coco" Rubilar, quien me aconsejó mucho; junto a Alicel Belmar y Héctor Barría y "Chamaco" Valdés, junto al "Cocoliche" Mansilla. De los jugadores, me hice muy amigo de Oscar Rove, Nelson Villarroel, Sergio Casas, Marcelo Cea, Hugo Almonacid y tantos otros.
-¿Porqué se retira tan joven?
-Tenía 33 años y estaba pensando en dejarlo, porque me sentía cansado tanto viaje, veía poco a mi hijos entre tanta preparación, lo que fue gatillando que no quería saber nada del fútbol. Eso sí soy un agradecido de todo lo que me dio.
" De los grandes de convertí, recuerdo el que anoté en Chinquihue, en un centro desde la derecha y anticipo al arquero y con un taco anoto de frente y el arquero quedó parado; y el otro, cuando militaba en Temuco y eludí a tres jugadores y entré hasta el arco, emulando la jugada de Carlos Caszely".