Llegada de reos contagiados
Contradictorio es que en días tan difíciles para la salud pública, no se haya tomado previamente el examen de covid-19 a los reclusos que arribaron desde Santiago. Gran responsabilidad en el traslado de los internos contagiados le compete a las autoridades del nivel central.
Más que un evidente riesgo de contagio para la población puertomontina y de la zona ha significado el traslado de reos santiaguinos al penal de Alto Bonito, concretado la semana pasada y que ha derivado en un brote de covid-19 que aunque pareciera estar contenido por el momento, ha causado la infección de gendarmes que los cuidaban, cuatro hasta ahora, y el justificado temor de los familiares de los funcionarios de la institución carcelaria. Cuesta comprender que en el delicado momento por el que pasa el país, con la posibilidad cierta de contagio a la vuelta de la esquina, las autoridades del nivel central hayan gestionado el traslado de los reclusos sin la toma previa de exámenes para comprobar si eran o no portadores del coronavirus. Ese pequeño detalle habría bastado para frenar el traslado y tomar mayores medidas de prevención.
Pero como suele suceder en un país centralista como éste, el Gobierno optó por descomprimir la tensión que había en las cárceles de Santiago, donde ya habían incipientes muestras de inquietud de la población carcelaria, trasladando de forma rápida a internos que ahora son un nuevo foco de contagio en la provincia. Incluso el propio intendente Harry Jürgensen admitió que si bien continuará la política de traslado de reclusos entre ciudades, este episodio ha servido para exigir de aquí en más que haya garantías de que cada uno de los reos está libre del covid-19.
Hasta el jueves de la semana pasada, Puerto Montt llevaba un bajo ritmo de contagios en la población. Pero desde ese día a la fecha el reporte que entrega la Seremía de Salud ha evidenciado un incremento que aunque parece ser menor todavía, refleja una variación significativa que ojalá no se transforme en tendencia en el futuro inmediato.
El mejor indicativo de la escasa preparación que tuvo el traslado de los reos santiaguinos vino de la asociación de funcionarios de Gendarmería. Sus dirigentes afirmaron no ser escuchados por su jefatura cuando hicieron las prevenciones acerca de la necesidad de cautelar el mayor de los cuidados. Es de esperar que no se vuelvan a repetir estos incidentes.