Los Jaivas reeditan en vinilo y CD uno de sus discos fundamentales
PLACA. Claudio Parra cuenta cómo se creó y remasterizó el clásico álbum "La ventana".
Amelia Carvallo
Los Jaivas acaba de reeditar "La ventana", placa que fue publicada por la extinta IRT en el verano de 1973 y que contiene himnos y éxitos de la cultura popular chilena como "Todos juntos" y "Mira niñita". Para conversar sobre esta recuperación de su discografía mediante la tecnología moderna, Claudio Parra, pianista de la banda, se pone al teléfono desde su departamento en el centro de Santiago donde, cuenta, ha pasado un solitario confinamiento. "Estoy en cuarentena total desde hace tiempo ya, como desde el 20 de marzo más o menos", calcula, y afirma que sus horarios habituales se alteraron: "Me quedo dormido como a las tres de la mañana, los días se me pasan rápido, volando", comenta.
"Esto es algo que toca a todo el planeta y, desgraciadamente, no he sentido una solidaridad a nivel mundial, de la especie; lo que nos mostraban las películas de catástrofes, en las que siempre aparecía un héroe para salvar a la humanidad, eso no ha pasado; sí he sentido cierta solidaridad a nivel de las personas, en lo más cercano, con los amigos y la familia".
Con los otros Jaivas está en permanente contacto telefónico, proyectando la vida de la banda. "Somos autogestores, toda la vida lo hemos sido, nos encargamos de todas las cosas de nosotros, que no es sólo tocar, hemos estado viendo futuros proyectos y cosas en camino".
Parra tiene en su casa un piano electrónico, con el porte y el peso de las teclas de un verdadero piano de cola: "Tiene un sonido bastante bueno, yo uso audífonos en todo caso, para no molestar a los vecinos cuando estoy estudiando o investigando, porque escuchar 50 veces la misma cuestión no debe ser muy agradable".
-¿Cómo se acuerda del verano de 1973?
-Para nosotros fue un verano bien importante, porque estábamos descubriendo nuestra música, que estaba totalmente relacionada con nuestra propia tierra, teníamos una visión continental. Investigando, encontramos en Perú a un grupo que se llamaba El Polen y en Argentina a los Arcoíris, que estábamos más o menos en la misma búsqueda. Pudimos contactarnos solo con los peruanos y planificamos un festival. Acá ya teníamos una fraternidad grande con Los Blops, y en ese momento vivían acá en Chile dos brasileros, que eran Manduka y Geraldo Vandré, también cantautores como Lucho Beltrán y Julio Zegers. Nos conseguimos la Quinta Vergara en Viña, a fines de febrero, y llamamos al festival "Los caminos que se abren", que era el nombre de un tema que teníamos que era bien simbólico de lo que estaba pasando y lo que queríamos mostrar.
Bajo esa atmósfera se lanzó "La ventana", una placa sin pérdidas que abre con la "Marcha al interior del espíritu" y suma "En la Quebrá del Ají", "Ayer caché" y "Corre que te pillo".
-¿Cómo fue la cocina de ese disco?
-Desde la época en que nos llamábamos High Bass, y tocábamos para amenizar fiestas, empezamos a improvisar cuando ensayábamos y también en recitales. Nosotros no hacíamos temas, no componíamos. Llegábamos, nos subíamos al escenario y nos poníamos a tocar. La gente de cierta manera participaba, incluso, a veces, hasta llevaban instrumentos y subían al escenario y también tocaban. Hace un tiempo algunos de estos recitales fueron editados en una colección de discos que se llamó "La vorágine", que dejó plasmadas las pocas grabaciones que tuvimos de esa época.
El clásico álbum está disponible desde el jueves en Jumbo, algunas disquerías y online en www.vinilospormayor.cl
Experimentando
Luego de la forjar la música en la improvisación, Claudio Parra cuenta que llegaron a experimentar en los recitales llevando cintas con ruidos que enchufaban al amplificador, arrastrando sillas o haciendo scratch en discos: "Después nos fuimos identificando con el continente y empezamos a tener ritmos más precisos, basados en la memoria intuitiva, fuimos haciendo una música totalmente enraizada en el continente y llegó un momento en que se empezó a crear un lenguaje que pudimos manejar, ahí empezamos a componer".
Sobre el sonido de esta reedición, dice que tuvo todo un trabajo técnico a cargo de un ingeniero en sonido que se encargó de la restauración de los masters. "También hubo un trabajo de los editores actuales, el sello Al Abordaje Muchachos, que son fanáticos del sonido del vinilo y de la historia de la música. Ellos depuraron el sonido y se preocuparon mucho del arte gráfico, que lo tomó Martín Uribe con el aporte que hicieron algunos coleccionistas con ejemplares de muy buena calidad".
Para las carátulas usaron las mismas fotos de la época, que en la original es una toma de la ventana del dormitorio de Eduardo Alquinta en calle Viana de Viña del Mar, casa que todos compartían. Este será el inicio de la reedición de otros discos de estudio y de conciertos.
Apoyo Para recuperar el arte del disco, algunos coleccionistas aportaron ejemplares del disco original.