Crisis en el rubro gastronómico
Los locales instalados en Puerto Montt y Puerto Varas acumulan el impacto del estallido social y el de la pandemia. Los representantes del gremio han advertido que los créditos anunciados por el Gobierno no están llegando como se planteó en el inicio.
Cada día que pasa se va agudizando más y más la crisis en el rubro de la gastronomía, que ha resentido como pocos el impacto de la pandemia desde que el Gobierno decretara, a mediados de marzo, el Estado de Catástrofe para agilizar el combate contra el coronavirus. Los restaurantes cerrados por meses -aunque algunos estén intentando probar suerte con el formato del delivery- son el fiel reflejo de prácticamente una nula actividad que en las semanas transcurridas, ha significado echar mano a los ahorros, al endeudamiento y al despido del personal que tenían a su cargo, acrecentando una crisis que el rubro ya había comenzado a experimentar con fuerza en octubre pasado, producto del estallido social.
En Puerto Montt y Puerto Varas, ciudades con un acentuado componente turístico, esta realidad ha provocado estragos en numerosos locales de tamaño pequeño y mediano. Sin clientes, con poco acceso a créditos bancarios y una incertidumbre que no tiene fecha de término, los locales gastronómicos se han sumido en una tormenta financiera que exige una respuesta rápida de parte de las autoridades en los aspectos que sean necesarios y posibles.
En este contexto se enmarca la reunión que sostuvieron con el intendente Harry Jürgensen los representantes de la Asociación Gremial de Gastronomía y Turismo (Agatur), quienes plantearon las agudas dificultades por las que pasa el sector y las fórmulas que están delineando para enfrentar, alguna vez, la esperada reapertura. Asumiendo desde ya que lo factible no es el cuándo, sino el cómo, el rubro está observando la experiencia europea para que los locales cumplan de manera adecuada con las reglas del distanciamiento social, en lo que será la nueva variable que regirá las relaciones humanas durante un largo tiempo.
Mientras ello no ocurra (la reapertura de los locales), el Gobierno tiene que reexaminar el sistema de créditos Fogape, que aparentemente no les está llegando para sobrellevar la crisis rampante que afecta al sector.