Suspensión de festejos del "18"
Es evidente que las prioridades de la sociedad pasan hoy por atender las necesidades básicas de la población más afectada por la pandemia. Puerto Montt, Puerto Varas, Frutillar, Fresia y Los Muermos ya dieron el paso necesario para cancelar las actividades.
Aunque faltan poco menos de tres meses para las Fiestas Patrias, la medida de suspender las celebraciones dieciocheras, adoptada por varios municipios de la región, aparece acertada dada la situación sanitaria y económica que está viviendo el país y respecto de la cual, lamentablemente, no se conoce fecha de salida cierta. Claramente, comenzar a realizar los preparativos de festejos para el 18 de septiembre, con el escenario de una crisis sanitaria galopante y la paralización de la actividad productiva, es del todo desmedido. Las prioridades pasan hoy por prevenir la diseminación del covid-19, garantizar una oportuna atención de salud en el caso de quienes resulten contagiados, ampliar al máximo posible los programas de asistencia social para las familias golpeadas por la crisis, y generar el escenario para la reactivación económica en la fecha que sea pertinente.
La suspensión de las actividades de Fiestas Patrias ya fue anunciada por los municipios de Puerto Montt, Puerto Varas, Frutillar, Fresia y Los Muermos; al tiempo que los alcaldes de Calbuco, Llanquihue y Maullín afirmaron que están evaluando qué medida tomar, aunque lo más probable es que se sumen a la tendencia que comenzó hace unos días en comunas de la Región Metropolitana. Puede que haya quienes lamenten la imposibilidad de asistir a las tradicionales fondas y ramadas, junto con el perjuicio económico que se producirá para los locatarios que suelen dar vida a las celebraciones, pero es evidente que el país y el mundo entero se encuentran frente a un momento decisivo para aminorar el impacto de un virus tan contagioso y que todavía ofrece muchas interrogantes.
Los municipios que ya decidieron suspender el "18" en sus comunas utilizarán los recursos que tenían contemplados para esa fecha en programas de ayuda social, que hoy por hoy debiesen figurar en la primera lista de prioridades del Estado. Brindar alimentación y salud a la ciudadanía que ha sido golpeada por el coronavirus y sus consecuencias económicas es una urgencia insoslayable que bien amerita la cancelación de otras actividades.