Con la finalidad de frenar la inquietante tendencia al alza de contagios que se viene registrando en Puerto Montt desde hace unas semanas, y que se acentuó en estos días (ayer se reportaron 38, la cifra más alta desde que llegó la pandemia a la ciudad), la Autoridad Sanitaria dio inicio a un plan especial de contención de la circulación del virus, que se traduce en una ofensiva campaña de testeos, trazabilidad y aislamiento de quienes son portadores del covid-19. Esta iniciativa sucede a la aduana sanitaria que se instaló en la Ruta 5 Sur, entre Puerto Montt y Puerto Varas, que en su momento se presentó como una acción eficaz para frenar la circulación del coronavirus en la capital regional, pero que a los pocos días demostró su escasa operatividad, como también el peligro que representaba para los equipos fiscalizadores en la vía, expuestos a accidentes de tránsito por la velocidad de los vehículos y la baja visibilidad en los días de lluvia.

El plan de contención será complementado por el municipio puertomontino, que anunció la adquisición de diez mil testeos para detectar a los portadores del virus, cinco mil de los cuales se realizarán en el transporte público, ferias y mercados, todos lugares de alta concentración de personas, a pesar de los llamamientos que se han hecho para mantener el distanciamiento social. Junto con ello, habrá una mayor cantidad de exámenes en los centros municipales de la salud primaria, siempre con el propósito de incrementar la capacidad de testear, trazar y aislar a quienes deben mantenerse confinados para evitar que contagien a otros.

Contener la diseminación del virus en Puerto Montt es una tarea prioritaria. Del éxito del plan anunciado para la capital regional, que se venía extrañando desde que comenzó a detectarse una mayor frecuencia de infecciones (hace varias semanas), depende evitar un desastre sanitario que todos terminarán por lamentar, y al cual, por supuesto, la comunidad debe concurrir con el cumplimiento del lavado frecuente de manos, uso de mascarillas y distanciamiento social.

Todas las energías de la autoridad y de la ciudadanía deben colocarse ahora en la eficacia del plan.

En este último tiempo hemos visto en la prensa preocupantes noticias con relación a la actividad salmonera cercana a áreas protegidas. En la Región de Los Lagos nuevamente se registró una masiva fuga de salmones, esta vez en la comuna de Hualaihué, cercano al Parque Nacional Hornopirén y al Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins, generando un impacto ambiental en el Estuario del Reloncaví cuya magnitud aún se desconoce. Se estima que son más de 800 mil los salmones fugados producto del hundimiento de 16 balsas jaulas del centro de cultivo "Caicura" de la empresa Blumar.

Esta es una de las fugas más masivas registradas hasta la fecha, pero no la primera. A fines de 2019, Cermaq reportó el escape de 20.000 salmones desde Caucahué, en la Región de Los Lagos, además de las reportadas por Salmones Aysén y Marine Farm, en Aysén. Los impactos ambientales producto de la fuga de salmones tienen graves consecuencias en los ecosistemas naturales de fiordos y canales, debido a que estas especies introducidas son carnívoras y al escaparse devoran la fauna nativa, amenazando la biodiversidad.

Esta situación se suma al hecho de que en la Región de Magallanes se presentan a Declaración de Impacto Ambiental y no a Estudio de Impacto Ambiental, como es debido, la solicitud de nuevas concesiones acuícolas en la zona aledaña al Parque Nacional Kawésqar. La presión para la expansión de esta industria está vulnerando el marco regulatorio que hay en Chile respecto de estas exigencias. En la Región de Los Lagos, en tanto, los protocolos de seguridad de los permisos otorgados en concesiones acuícolas no están siendo efectivos. Con un reglamento y fiscalización laxos perdemos todos los chilenos. En nuestro país hay un conflicto permanente entre producción y la conservación del patrimonio natural.

Si bien como país hemos avanzado en la conservación de los ecosistemas marinos, con un 40% en distintas categorías de protección, aún queda mucho camino por recorrer. Entre Puerto Montt y Cabo de Hornos, la zona de la Ruta de los Parques de la Patagonia, menos del 1% de las aguas costeras se encuentran protegidas. Debemos avanzar hacia una conservación representativa y efectiva en este valioso territorio.

Carolina Morgado, directora ejecutiva de Tompkins Conservation Chile y miembro del directorio de Amigos de los Parques