Estudio da cuenta de cambios en el nivel de precipitaciones y alza en las temperaturas
LLANQUIHUE. Análisis aún en ejecución, elaborado por la Universidad Católica y la Fundación para la Innovación Agraria, revela también cómo estas variaciones en un futuro cercano, afectará la producción de forraje y capacidad sustentable animal de las praderas de la zona.
El clima ya no es el mismo que hace 30 años y aquello es una realidad indesmentible para quienes hemos vivido en esta zona, otrora lluviosa durante 300 días del año; y, por otro lado, con temperaturas máximas que han ido variando con alzas que son percibidas durante buena parte de la temporada.
Esto motivó a que el Centro de Cambio Global de la Universidad Católica y la Fundación para Innovación Agraria (FIA), realizaran un estudio vinculado al sector del agro y observar el impacto de la variabilidad climática que presenta el territorio sureño, sobre la producción de forraje y capacidad sustentadora animal en las praderas de esta zona.
Calidad productiva
De acuerdo a lo señalado por el profesor de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Universidad Católica y uno de los responsables de esta iniciativa, Francisco Meza, se trata de un proyecto que busca estimar y zonificar las praderas de la zona de Llanquihue, considerando que en el futuro habrá nuevos escenarios de clima.
Es decir, cómo afecta a la capacidad productiva de las praderas del sur, a la asociación entre los suelos de la región, del manejo ganadero que pueden tener, pero también de las condiciones climáticas que puedan existir.
"Buscamos establecer cómo serán los cambios de temperatura y precipitaciones en los próximos 50 años y lo que este estudio busca en forma comparativa, si se puede obtener una nueva zonificación y mapas que nos hablen de dónde van a estar los lugares con mayor potencial y cuáles son los que van a sufrir un poco más", afirmó.
Indicó que para el desarrollo de este proyecto "estamos combinando la información meteorológica que contamos de la región, que afortunadamente ha mejorado sustancialmente, y utilizando escenarios de cambio climático derivados de seis modelos de circulación global que permitirán proyectar lo que va a pasar, así como otros modelos matemáticos que nos ayuden a simular el comportamiento de las praderas, para -más o menos- anticipar lo que ocurrirá con su calidad productiva".
El académico santiaguino precisó que se trata de un análisis que está en proceso, que lleva avances, pero que no está completamente terminado, sin tener aún todos los resultados en la mesa.
"Nos interesa que sirva como herramienta para los productores, ya que podrán ir cotejando sus nuevos mapas, las cuales pueden entregar una perspectiva de inversiones o de ir anticipando lo que va a suceder en el futuro, poniendo como ejemplo, si se podrá contar o no con capacidad para sustentar la carga animal, dado que siempre habrá lugares en que eventualmente habrá mejoras", comentó Meza.
ESCENARIO A 30 años
Sobre los cambios en las temperaturas a futuro, éstas pueden ser variables, si pensamos en lo que pueda pasar al año 2050, cuando sí podría experimentarse un aumento.
"Ahora, no todos los modelos dan los mismos resultados. Uno más bien habla de un rango que puede ser entre un grado promedio, hasta 2,5°", puntualizó el profesor.
Meza agregó que se evidencia que el frío no desaparece, ni menos la posibilidad de nevazones que existe en la zona.
"Lo otro que se producirá es una ligera disminución de las precipitaciones, del orden de un 5% a 10%, que para esta región no es un monto tan significativo, alrededor de 1.200 a 1600 mm al año; pero, puede ser que estacionalmente pueda haber algunos problemas, en el sentido que traiga veranos un poco más secos, en los que ocasionalmente podría caer algunos chubascos entre diciembre y febrero, manteniendo los suelos con suficiente humedad".
Según el registro de los últimos 30 años (1988-2018), se ha presentado una leve disminución de las precipitaciones a través del tiempo, así como una tendencia al alza en las temperaturas máximas.
De acuerdo al trabajo de proyecciones climáticas al año 2050, realizada por el Centro de Cambio Global UC, actual colaborador del proyecto, se observa un aumento de las temperaturas máximas en el territorio, pudiendo ser de casi 2º C. En cuanto a las temperaturas mínimas, estas aumentarían entre 1,5° y 2º C aproximadamente.
Producto del aumento de temperaturas, las horas frío disminuirían en todo el territorio. Donde antes se acumulaban entre 1.200 a 1.500 horas frío, se pronostica que se acumulen entre 900 a 1.200 horas frío.
Similar situación ocurre con las heladas, llegando incluso a tener menos de 10 heladas por año en sectores donde se estima existen entre 20 a 40 heladas.
Estudio en ejecución
Sobre la utilidad de este estudio, la gerente de Gestión Estratégica, Producción y Desarrollo de Ciren, Daniela González, explicó que permitirá entregar información para estimar la producción de forraje como capacidad de carga en términos probabilísticos, de forma de anticiparse a las con