Personal de la salud y pandemia
Testimonios recogidos por este medio dan cuenta de la inmensa labor que se está realizando en el sistema de salud para contener el coronavirus. Médicos, enfermeras y funcionarios auxiliares se han sometido a una extrema tensión desde marzo pasado.
De todos los sectores laborales que han tenido que enfrentarse de manera inédita al desafío que ha implicado una pandemia de la magnitud del coronavirus, pocas dudas hay respecto de que ha sido el personal de salud el que se está llevando el peso principal en la lucha diaria para atender a los pacientes y, en los casos extremos, tratar de rescatar a aquellos que llegan a las condiciones críticas. Algo de eso ya había apreciado la opinión pública cuando en los meses de marzo y abril, los reportes llegados desde países como Italia y España daban cuenta de hospitales sobrepasados por la masiva llegada de enfermos, y médicos, enfermeras y funcionarios auxiliares asumiendo turnos extenuantes para responder a las urgencias que se acumulaban sin parar.
Asumiendo todos los costos físicos y sicológicos que representa trabajar hoy en los hospitales que están en la primera línea para contener el covid-19, se encuentran numerosos jóvenes recién egresados de carreras del área de la salud, o que bien les tocó justo este año realizar sus prácticas profesionales, algunos de los cuales, todos de esta zona, dieron su testimonio a El Llanquihue en un reportaje publicado el domingo último. De sus palabras, se desprende la inmensa vocación que han tenido para asumir los riesgos de un contagio propio o de sus familiares, pero animados por la íntima convicción de que su esfuerzo, sumado al de tantos en igual condición, será al final el factor que determinará la victoria contra un virus de alta capacidad de infección, y del cual todavía quedan muchas preguntas sin respuestas.
Los funcionarios de la salud, tanto del sistema público como del privado, han demostrado tener una voluntad a toda prueba para, desde sus conocimientos, habilidades y empatía, ayudar en el gran desafío país al que ha obligado la pandemia. Una vez que la enfermedad sea contenida y controlada, llegará el momento de que la sociedad comience a saldar tantas deudas que hay con ellos, como con la red asistencial estatal. Ahora más que nunca se ha comprendido el valor de una atención digna y oportuna.