El conocido médico Sebastián Ugarte y sus inicios en el Hospital de Río Negro
PERFIL. El profesional de la medicina interna, que ha logrado notoriedad mediática en la pandemia por su cercanía con la gente, abordó sus primeros años en la Región de Los Lagos, donde todavía lo recuerdan con cariño. También habla de la evolución del virus en el país.
"Ha sido un tiempo de harto trabajo y ajetreo", admitió el profesional de la medicina intensiva, Sebastián Ugarte, aunque aclara que está con el ánimo bien alto y para colaborar y contribuir con lo que llama su granito de arena hasta vencer al covid-19.
Médico altamente requerido por medios nacionales, que recogen su opinión en la pandemia, y actual jefe del Servicio de Urgencia de la Clínica Indisa, Ugarte hizo un alto en su ajetreada labor y conversó con El Austral de Osorno, medio que recuerda muy bien, ya que en estas páginas publicó sus primeras investigaciones cuando se desempeñó en el Hospital de Río Negro, en la provincia de Osorno, a principios de los años '80.
"Siempre he creído que para que las personas no se enfermen es muy importante la educación sanitaria y en ese sentido he tenido una vocación de educar gratuitamente, entregando mi tiempo, voluntad y energía para transmitir mensajes a la población. Y lo que estoy haciendo en este instante, en esta entrevista, no comenzó ahora, sino que se inició en el Hospital de Río Negro, donde me inicié como médico. Ahí informé sobre mis investigaciones a través del diario El Austral de Osorno, al igual que en las radios. Eran mensajes educativos y lo he continuado haciendo toda mi vida", indicó.
Una de las primeras publicaciones en la prensa regional tuvo relación con un caso de polidactilia (tener seis o más dedos en vez de cinco) que es una alteración hereditaria. Ello afectó a un jefe de hogar rionegrino y a sus tres hijos.
"A veces puede considerarse una malformación, decía el médico, por no resultar funcional ese dedo o dedos extra, pero en otras ocasiones el sexto dedo es funcional y la anomalía no va acompañada de problemas".
El doctor Ugarte es recordado con cariño por quienes fueron sus colegas en el hospital de Río Negro, su primer plantel de salud.
"Es una muy buena persona, muy sencillo, de ideas innovadoras e inquieto. Recuerdo que ese año, 1982, nació mi hija Katherine y el doctor fue uno de los más entusiastas impulsores de la guardería infantil. Algo inolvidable para todos los funcionarios", señaló la ex técnico en enfermería Herminia Sepúlveda. Y acotó: "Siendo muy joven, recién egresado, sirvió a su comunidad incluso fuera del horario de trabajo. Atendía en un rincón de su domicilio, en calle Arturo Prat, a los futbolistas amateur de la ciudad y de forma gratuita. Un médico inolvidable en su paso por nuestro hospital".
También se desempeñó en el departamento de salud municipal de Río Negro, donde atendía a la población campesina en sus salidas a postas y estaciones médico rurales, donde igual dejó muy buenos recuerdos.
-¿Cuánto le ha cambiado la rutina debido al covid-19?
-Bastante, antes era demandante, pero ahora mucho más. Antes en el lugar donde trabajo, que es la Clínica Indisa, teníamos 80 pacientes en mi servicio y ahora hay sobre 300. Y aparte de eso uno trata de colaborar en educación y en generar proyectos de investigación. Y el miércoles (hoy) viajo a Calama para ayudar a mis colegas, porque ha estado muy fuerte la epidemia en esa zona.
-¿Cuál es el momento más complicado que le ha tocado vivir como profesional en esta pandemia?
-No es la primera pandemia que me toca. Recuerdo la AH1N1 donde también colaboré muy fuerte con el Ministerio de Salud (Minsal). En ese tiempo le pedí al Ministerio que me pusieran a disposición un chofer y un vehículo. Y dormía arriba de ese móvil, porque iba de hospital en hospital, ayudando a programar los ventiladores. En lo personal fue muy demandante, aunque para el país esa epidemia fue mucho menor. Pero igual me ha correspondido viajar por mi trabajo a Asia, China y Canadá, persiguiendo las epidemias a nivel personal.
-¿Cómo se manejan las emociones en estas pandemias?
-Bueno, es estresante y toda la gente está cansada. Le ha costado sacar fuerzas y ánimo, pero por otra parte es lo que uno tiene que hacer, atender enfermos. En esta pandemia tan devastadora y trágica no he visto que los profesionales de la salud retrocedan y abandonen sus responsabilidades, sino por el contrario, los he visto dispuestos a jugarse el todo por el todo en sacar adelante a sus pacientes.
Pronóstico
-¿Cómo salimos los chilenos de esta emergencia?, ¿cuánto más debemos esperar para ver la luz en este grave problema sanitario?
-Debemos seguir con disciplina en el cuidado. Las regiones de Los Ríos y Aysén han levantado la cuarentena y seguramente otras regiones van seguir en las próximas semanas. Lo que queda es que a nivel de los profesionales de la salud sigamos realizando muchos exámenes, por lo menos 20 mil al día, yendo a buscar a los posibles contagiados, trazando todos sus contactos y aislando para evitar la propagación del virus. Estos tres elementos son clave para cortar el círculo vicioso de esta enfermedad. El gran dilema es que todos estamos esperando que aparezca una vacuna para luchar contra este virus, pero podría ocurrir que no llegue, llegue tarde o bien no dé tanto tiempo de protección. Entonces, no hay que sentarse a esperar, sino desarrollar otras terapias, tratamientos. El caso del VIH, han pasado décadas y aún no hay una vacuna, pero se desarrollaron tratamientos antivirales.
Sé que la gente está muy temerosa, pero estamos bajando un poco la presión de los contagios. Lo estoy notando hace varias semanas. Esto viene disminuyendo. En los servicios de urgencia ya no quedan pacientes hospitalizados de la noche y en las camas de UCI ya no tenemos esa presión permanente.
-¿Por qué los chilenos, aunque no todos, son tan reacios a entender la letalidad del virus?
-Es un enemigo invisible y a la gente le cuesta hacerse la idea de cosas negativas que le puedan ocurrir. Además, los mensajes que en un comienzo trataron de ser tranquilizadores, para no generar pánico, jugaron en contra para crear conciencia. La enfermedad es grave y se decía que sólo afectaba a los ancianos, lo cual es una falacia, porque puede morir gente de cualquier edad.
-¿Es común contagiarse en Chile dos veces con covid-19?
-Es muy raro. Lo que sí puede ocurrir es que uno esté con la PCR positivo, después se puede hacer negativo y en ocasiones vuelve a ser positivo. Pero la mayoría de esos casos no es una segunda infección, sino que la persona queda eliminando fragmentos del virus por un tiempo más largo que los 14 días.
-La sanidad está puesta a prueba en todos los países. ¿cómo ha respondido el sistema de salud chileno en Esta catástrofe?.
-Si bien es fácil cuestionar y criticar todas las propuestas, pienso que el sistema de salud chileno está relativamente reconocido. Si uno ve lo que ocurrió en España e Italia, países que son verdaderas potencias sanitarias a nivel mundial, colapsaron con la epidemia. En ese sentido el sistema sanitario de nuestro país estaba en condiciones precarias, pero hemos logrado salir adelante, con mucho esfuerzo.
experiencia
-Usted apuesta por el plasma para contrarrestar el covid-19, ¿cómo van los resultados de las aplicaciones a los enfermos más graves en la Clínica Indisa?.
-Muy bien, han sido auspiciosos en los pacientes que tenemos, incluso médicos de nuestro equipo que se han contagiado, lo primero que piden es que les pongan plasma, ya que hemos visto cambios en el enfermo después de recibirlo. Para las demostraciones científicas se requieren más meses y quizás años, pero la impresión preliminar que tenemos es que el paciente se beneficia y experimenta mejoría. Si me enfermara no tendría dudas de recibir la terapia del plasma.
-Tiene 2.347 publicaciones y 100 mil seguidores en la red social Instagran...
-Me ha sorprendido un poco, porque uno publica las cosas habituales que hace y comparte mucha información sobre esta epidemia. Creo que en estos momentos, donde hay tanta zozobra, a veces la gente necesita un mensaje e información creíble. Siempre he tratado de colaborar tanto en mi país como en el extranjero. En Brasil, Argentina, Colombia, México y Chile los colegas señalan eso, más por su generosidad y afecto, que por mis méritos.
"Lo que estoy haciendo en este instante, en esta entrevista, no comenzó ahora, sino que se inició en el Hospital de Río Negro, donde me inicié como médico. Ahí informé sobre mis investigaciones a través del diario El Austral de Osorno".