El director de cine Alan Parker falleció a los 76 años
CINE. Fue realizador de clásicos como "Mississippi en llamas", "El expreso de medianoche", "Fama" y "Pink Floyd: The Wall".
Efe/Redacción
El director de cine británico Alan Parker, autor de clásicos como "El expreso de medianoche", "Pink Floyd The Wall", "Mississippi en llamas", "Evita" o "Fama", murió a los 76 años, según informó ayer una portavoz del cineasta. La vocera explicó en un comunicado enviado en nombre de la familia que Parker falleció después de padecer una "larga enfermedad".
Con tan solo 14 largometrajes en su haber, su carrera en el cine osciló entre los grandes dramas y los musicales, un género al que se dedicó también realizando vídeos para artistas como Pink Floyd o Madonna.
En sus películas quedó patente un marcado gusto por la estética, nacido de sus inicios en el mundo de la publicidad, en que realizó más de 500 anuncios para televisión. Esa fue su escuela de cine en una época en la que la industria cinematográfica no atravesaba su mejor momento en Gran Bretaña.
Director diverso
La primera película de Parker fue para la televisión, "The Evacuees" (1975), sobre unos niños judíos durante la II Guerra Mundial. Ganó un Emmy Internacional y un Bafta de Televisión, lo que le permitió entrar en el mundo del cine.
Su debut cinematográfico fue "Bugsy Malone" (1976), un musical satírico centrado en el nieto de Al Capone e interpretado enteramente por menores, con el que compitió por la Palma de Oro de Cannes. Obtuvo cinco premios Bafta, dos de ellos para una jovencísima Jodie Foster, quien ganó los de mejor promesa y mejor actriz secundaria por sus papeles en este filme y en "Taxi Driver".
Su siguiente trabajo en el cine fue el título que marcó su carrera como realizador, la durísima "El expreso de medianoche " (1978), que fue su primera película americana.
Basada en la experiencia real de Billy Hayes, la película cuenta su encarcelamiento en una prisión turca por tráfico de drogas. Con guión de Oliver Stone y sin ahorrar crudeza, la película fue un éxito y logró dos Oscar, a mejor guión y mejor música, además de seis Globos de Oro y tres Bafta.
Su década dorada
Si el giro había sido enorme de Bugsy al expreso, Parker siguió dando muestra de su versatilidad con "Fama" (1980), una película por la que nadie apostó en un primer momento pero que fue un gran éxito y lanzó al estrellato a sus protagonistas.
Tal fue el éxito que la película se transformó en una serie de televisión, algo muy habitual hoy en día pero inusual a comienzos de los ochenta.
Dos años más tarde llegarían "Después del amor", una película injustamente olvidada, con Albert Finney y Diane Keaton como protagonistas, y "Pink Floyd: The Wall", objeto de culto para los seguidores del grupo británico y ejemplo de cine al servicio de la música.
Volvió al drama con "Alas de libertad" (1984), una historia de amistad de dos adolescentes interpretados por Matthew Modine y Nicolas Cage, con la guerra y los problemas mentales como telón de fondo. Se llevó el Gran Premio del Jurado en Cannes.
"Corazón satánico" (1987) fue otra película de éxito, con los actores de moda del momento -Mickey Rourke, Robert de Niro y Lisa Bonet-, que mezclaba thriller y horror.
Todo lo contrario a "Mississippi en llamas" (1988), un duro alegato contra el racismo que narra con una horrible y tremenda exactitud las actividades del Ku Klux Klan, con un espectacular reparto formado por Gene Hackman, Willem Dafoe y Frances McDormand.
Aclamada por la crítica, fue nominada a cuatro Globos de Oro -de los que no consiguió ninguno- y a siete Oscar, pero solamente se llevó el de dirección de fotografía.
El final
En los noventa solo brilló con dos musicales muy diferentes: "The Commitments", un homenaje al soul con una espectacular banda sonora, y "Evita", una floja adaptación del musical del mito argentino con Madonna y Antonio Banderas en los roles principales.
Otra gran dramón, "Las cenizas de Angela " (1999) -adaptación del best seller de Frank McCourt sobre los irlandeses que emigraron a Estados Unidos a comienzos del siglo XX-, y "La vida de David Gale" (2003) cerraron una filmografía corta pero intensa.
En 2002 la reina Isabel II le otorgó el título de Caballero del Imperio Británico por su contribución al mundo del arte.