Correo
Fonasa y la pandemia
Soy un trabajador de 61 años, afiliado a Fonasa, al cual se le descuenta por concepto de salud $ 161.000 mensuales. Cuando intenté vacunarme contra la influenza, fue imposible por un detalle burocrático y debí hacerlo de forma particular.
Con la pandemia, me resulta imposible poder acceder a algún control o tratamiento médico, pues salvo los servicios de urgencia, casi todo lo demás está suspendido. Es decir, he desembolsado 1.127.000 pesos y, tanto Fonasa como el Ministerio de Salud, no han sido capaces de darme ni una aspirina.
Juan Carlos Velásquez
Plebiscito y pandemia
Ante la eventualidad de un rebrote de covid-19 y la gravísima situación económica que nos golpea, me pregunto por qué no destinar los recursos presupuestados para el plebiscito y financiar dos vacunas para la población durante ese mismo fin de semana del 25 de octubre: una para el covid-19 y otra para detener la insensatez que nos afecta.
Reinaldo Reinike Espinoza
Ahora y no después
Hoy, cuando el tiempo nos sobra, no nos damos cuenta cuando estamos en el atardecer de un día, que ya se nos ha ido la semana, posteriormente el mes y luego el año. Dadas las circunstancias actuales, estoy convencido que no hay tiempo para el después. Es tiempo del ahora.
Es ahora el momento propicio para mirar fijamente el reloj de la vida, que nuestros hijos ya no están físicamente a nuestro lado. Se está cumpliendo la ley de la vida, nosotros, los padres, les dimos, no sé si lo mejor, pero quisimos que ellos fueran felices y que nosotros nos sintiéramos con la conciencia tranquila. Digámosle a nuestra compañera de ruta todo lo que la amamos, darle las gracias por sus múltiples desvelos, por el amor entrañable que nos ha brindado y todo eso ahora, y no después.
Por qué no darnos cuenta que esta pandemia nos está brindando una gran ocasión para ser solidarios, para ser más respetuosos con nuestras vidas y que el encierro nos ha privado de uno de los privilegios más sagrados de muchos abuelos, como el estar acariciando y ver crecer a sus nietos, y a éstos, que puedan desarrollarse como lo hicimos nosotros. Es decir, corriendo por donde quieran, ver y disfrutar de una puesta de sol, el jugar con amiguitos.
Mariano González Riquelme
Colapso de las web de las AFP
Era de esperar que los miles de chilenos que esperaban con ansias el retiro del 10% de AFP causaran problemas y fallos en los sistemas tecnológicos de las aseguradoras, particularmente en sus servicios web. ¿Qué pasó? Las peticiones de ingreso al servidor de estas instituciones fueron mayores a las que soporta la infraestructura tecnológica que poseen.
Si me permiten, les explico con una analogía. Si yo tengo un embudo y quiero llenar una botella, el flujo de agua debe ser constante, pero suficiente para que el embudo no se llene y el agua rebalse dicho embudo. Esto mismo es lo que pasó con las millones de solicitudes realizadas a las AFP.
Las puertas del servidor, que funcionan como un embudo, recibieron tantas peticiones que rebalsaron al servidor, dejando todas estas peticiones sin respuesta y como daño extra dejando sin servicio al usuario.
¿Se podía prevenir? Con un adecuado flujo de agua, el embudo funciona e ingresa el agua a la botella y no se derrama nada.
En otras palabras, las APF pudieron implementar un sistema de turnos para que los usuarios fueran ingresando al servicio web y prevenir la avalancha de usuarios que bloquearon sus sistemas.
Por ejemplo, pudieron dar accesos por rangos etarios, por RUT, por comuna etcétera. De esta forma podrían haber asegurado el servicio a las personas.
Sin embargo, debo decir que no necesariamente esto sería la solución ideal, pues hay otros factores que juegan un rol importante en los comportamientos de las personas, así por ejemplo, como mínimo una iniciativa siempre debe estar acompañada de una buena difusión de la información.
David Ruete, académico de la Universidad Andrés Bello
Parlamentarios y las AFP
¿Les bastará a los senadores y diputados del país con haber aprobado el retiro del 10 % para empezar a hacer cambiar la paupérrima opinión e imagen que hoy tiene la ciudadanía de ellos?
El mito urbano cuenta que el día que "Cantaba Gardel", todos sus amigos, conocidos, los aparecidos, etcétera, quedaban muy satisfechos y felices con lo que comían y bailaban, y a partir del día siguiente, se quedaban esperando la próxima vez que cantara el Zorzal criollo de nuevo. Tan tan.
A buen entendedor, muy poquitas palabras.
Luis Enrique Soler