Si la adversa situación financiera que está afectando a las personas, como consecuencia del impacto económico derivado del covid-19, no se había visualizado lo suficiente, un reciente informe de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir) ilustró esa cruda realidad.

En un 221 % aumentó la cantidad de procesos concursales de liquidación de bienes; y, en un 100% las liquidaciones de empresas deudoras. Se trata de cifras regionales, al primer semestre de 2020, comparadas con la misma fecha del año pasado.

De acuerdo a las estadísticas de esa Superintendencia, 135 personas habían resuelto apelar a ese procedimiento para saldar sus deudas en mora; mientras que en los primeros meses de 2019, esa cifra llegaba a 42; en cuanto a empresas, este año fueron 50 las compañías que resolvieron por la liquidación, a diferencia de las 25 que lo hicieron en el mismo período del año pasado.

Para el abogado y socio fundador de Defensadeudores.cl, Ricardo Ibáñez, las cifras aún no reflejan la profundidad del problema. "Nuestro diagnóstico para el segundo semestre es que va a seguir el aumento de solicitudes de quiebras, ya que todo indica que el desempleo debiese al menos duplicarse y serán más las personas atrapadas por las deudas que verán en la quiebra una opción real para salir de su situación de sobreendeudamiento", afirmó.

El secretario regional ministerial (seremi) de Economía, Francisco Muñoz, admitió que ambos porcentajes "son un indicador de la actual situación de crisis económica", por lo que llamó a utilizar la Ley 20.720 "para que se cumpla el objetivo, que es el reemprendimiento; es decir, que las personas puedan sanear su nivel de morosidad y tengan acceso a otros instrumentos respecto a su deuda".

Quiebra de empresas

En tanto que el doctor en Ciencias Económicas de la Universidad de París y académico de la Universidad de Los Lagos, Jorge Weil, expuso que a las empresas que terminaron su actividad en los últimos meses, "habría que agregar aquellos emprendimientos comerciales anestesiados o inertes. Este último sector corresponde a los emprendimientos familiares y empresas de menor tamaño que no tienen recursos para solventar sus actividades y que no continuarán vigentes al término del levantamiento de las restricciones actuales".

Observa que en esta recesión económica "hemos perdido un 40% del tejido productivo y los servicios de la región, situación que tomará un largo tiempo recuperar. Ello trae aparejado una contracción de la fuerza de trabajo activa que se sitúa en torno al 20% del total. Lo que está ocurriendo en

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"Lo que está ocurriendo en la región, es que la maquinaria mercantil se encuentra trancada con una caída de la demanda y la oferta".

Jorge Weil,, académico Universidad de Los Lagos y doctor en Ciencias Económicas Universidad de París

El economista Jorge Weil también analizó las iniciativas del Gobierno para enfrentar la crisis. Expuso que países europeos han utilizado una política económica anticíclica de incremento de la inversión pública y subvención directa al desempleo para atenuar la caída de la actividad e inyectar liquidez al funcionamiento del sistema. "En Chile no ha sido así. El gobierno ha sido laxo y poco generoso en sus iniciativas, limitándose a entregar un respaldo financiero estatal a la banca, para que ésta ofrezca créditos a las empresas y particulares. Sin embargo, la banca comercial ha continuado aplicando criterios comerciales tradicionales en cuanto a condiciones a los solicitantes, inclinando sus preferencias en la asignación del crédito por las grandes y medianas empresas, que de esta manera han accedido estas últimas a un dinero barato para refinanciar su endeudamiento. El crédito Fogape no ha funcionado para las empresas regionales de menor tamaño, impidiendo con ello el salvataje de una fracción de la economía regional e incidiendo en magnitudes desconocidas de aumento de la cesantía y pobreza", observó.