Trump visita Kenosha y dice que la violencia es "terrorismo doméstico"
EE.UU. "Estos no son actos de protesta pacífica", dijo el mandatario, junto con condenar la "violencia antiamericana", y no se refirió directamente al baleo que sufrió Jacob Blake, que originó una ola de disturbios y protestas en la ciudad de Wisconsin.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ratificó ayer en Kenosha, donde un policía blanco disparó siete veces por la espalda al afroamericano Jacob Blake, su mano dura contra las protestas violentas, de las cuales culpó a la izquierda radical y al "terrorismo doméstico".
Trump llegó a la ciudad que ha sido escenario de protestas después de conocerse el incidente que dejó a Blake recluido en un hospital, desoyendo los pedidos del alcalde local, el demócrata John Antaramian, y el gobernador de Wisconsin, Tony Evers.
"Estamos aquí para mostrar nuestro apoyo a Kenosha y Wisconsin", aseguró Trump durante un encuentro con autoridades locales, legisladores y empresarios, entre otros asistentes, después de recorrer los lugares afectados por las manifestaciones que han causado dos muertos.
Trump, que dijo que más que protestas pacíficas lo que hay en realidad es "terrorismo doméstico", defendió el envío de tropas de la Guardia Nacional y agentes federales a Kenosha. "No estaríamos aquí sin nuestras fuerzas de orden público", afirmó el mandatario y apuntó que hace solo unos días los residentes de esa ciudad pasaron por el infierno, pero ahora, insistió: "Me siento muy seguro".
El presidente, que en noviembre disputará su reelección con el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, aseguró que los "políticos imprudentes de extrema izquierda continúan impulsando el destructivo mensaje de que nuestra nación y las fuerzas del orden son opresivas o racistas".
"Lanzarán cualquier palabra que se les ocurra. En realidad, deberíamos mostrar un apoyo mucho mayor a nuestros cuerpos policiales", sentenció, al recordar que tras el envío de tropas a Chicago realizaron "más de 1.000 arrestos" en el primer mes.
Sin encuentro
Trump, quien antes de viajar empleó adjetivos como "tonto" y "estúpido" para referirse al alcalde de Kenosha, no se reunió con la familia de Blake, y, al ser consultado al respecto, afirmó: "Me siento muy mal por cualquiera que pase por eso".
Tanto el gobernante como el fiscal general, William Barr, indicaron que el hecho "está bajo investigación". En un intento por rebajarle tensión al asunto, el presidente sugirió que en ocasiones se trata de "algunas manzanas podridas".
El jefe de Estado indicó que los policías "están bajo una tremenda presión" y pese a tener 15 años de experiencia y un historial impecable, de repente, tienen "un cuarto de segundo" para tomar una decisión.
Ante la pregunta de si considera que en la aplicación de la ley existe un racismo sistémico, Trump aseguró no creer eso y defendió el "trabajo increíble" de la policía.
Visita entre protestas
La presencia del gobernante movilizó a sus simpatizantes y varios de sus críticos, quienes se dieron cita en el centro de la ciudad, escenario de las protestas y donde Trump recorrió las ruinas de varios locales destruidos, según destacaron medios locales.
La caravana de Trump pasó junto a multitudes de manifestantes, algunos sosteniendo banderas estadounidenses en apoyo del Presidente, otros abucheando mientras portaban carteles que decían "Black Lives Matter". Trump recorrió una escuela secundaria que se había transformado en un puesto de mando de las fuerzas del orden. Dijo que intentó llamar a la madre de Blake, pero optó por no hacerlo después de que la familia pidió que un abogado escuchara.
El de Blake, ocurrido el 23 de agosto, se convierte en un nuevo episodio de brutalidad policial contra los afroamericanos en Estados Unidos, después de los que involucraron a George Floyd y Breonna Taylor.
Violencia ANTIAMERICANA
Trump declaró también la existencia violencia "antiamericana", sin mencionar a Jacob Blake. "Simplemente no quieren que vayamos, estos gobernadores no quieren llamar y los alcaldes no quieren llamar. Tienen que preguntar".
También condenó los disturbios en Portland (Oregon), donde el sábado fue asesinado con un balazo un partidario suyo, así como el aumento de los tiroteos en ciudades como Chicago y Nueva York.
23 de agosto Jacob Blake recibió siete disparos de un policía en Kenosha.
30 incendios hubo al menos en las tres primeras noches luego del baleo a Blake.