Pandemia y salud mental
El confinamiento durante tantos meses ha alterado la vida cotidiana de las personas, extremando en algunas casos las sensaciones de angustia y ansiedad. El año pasado se dictó el Decreto de Vigilancia Universal, a fin de que la red de salud vaya monitoreando los intentos de suicidio.
Según informes del Ministerio de Salud, unas cuatro mil personas que se han contactado con la plataforma "SaludableMente" en los últimos meses de la crisis sanitaria en Chile, han reportado tener conductas suicidas. Ese sitio de contacto fue habilitado por el Gobierno en junio de este año, para tratar problemas de salud mental ocasionados en el contexto de la pandemia, entre los cuales el intento de quitarse la vida es uno de los principales motivos de consulta, debido a síntomas de ansiedad, trastornos de ánimo y trastornos severos.
Ya a inicios de mayo, en Europa un grupo de científicos de universidades del Reino Unido alertaba acerca de las alzas en las tasas de suicidio o intentos de atentar contra la vida, como parte de los deterioros en la salud mental de la población, en especial porque las personas tuvieron que dejar de lado lo que consideraban "llevar una vida normal", para quedarse en casa.
La subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, afirmó que un porcentaje relevante de los llamados por ideas suicidas corresponde a jóvenes. Otro segmento en riesgo es la población de adultos mayores, que ha sufrido fuertemente por el aislamiento social que provocó la pandemia. De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, anualmente en Chile 1.800 personas se suicidan y por cada una de ellas, alrededor de 20 realizan un intento suicida sin lograrlo.
El suicidio constituye un grave problema de salud pública, por lo que a fines de 2019 se dictó el Decreto de Vigilancia Universal, que establece la obligación de todos los centros de salud de reportar a la autoridad sanitaria cualquier intento de suicidio o lesiones autoinfligidas, lo que permite no sólo monitorear los casos, sino entender mejor quiénes son las personas que toman ese camino. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que el estigma es una de las barreras que existen para tratar de sortear estas conductas suicidas. De ahí que esta entidad señale la necesidad de tender manos a las personas en riesgo, de escuchar a quienes sufren la pérdida de un ser querido, de dar a conocer los recursos disponibles en la comunidad para la prevención, y unir fuerzas con personas y organizaciones dedicadas a esta tarea.