El estremecedor relato de vecina de Calbuco que le ganó al covid-19
CONTAGIO. Tras estar una semana grave e internada en el Hospital de Puerto Montt, donde llegó incluso a pensar que sería una víctima más de la enfermedad, fue trasladada a una residencia sanitaria donde comenzó el camino hacia la recuperación.
La pandemia del coronavirus ha cambiado la vida a muchas personas, como a Alicia Martínez, una comerciante de Calbuco, que ha resuelto distribuir a domicilio los productos de aseo que hace un poco más de un mes vendía en su casa.
Esta madre y esposa, de 44 años, conoce de cerca los efectos de esta enfermedad y por ello no está dispuesta a que sus vecinos se contagien y tengan que atravesar por esa desgarradora experiencia.
Un lunes en la mañana de junio pasado, su esposo regresó del turno nocturno en el trabajo, pero trayendo consigo un anuncio que trastrocaría la normalidad de ese hogar: habían detectado un brote de covid-19 en esas faenas, por lo que junto a su hijo de 9 años se fueron rápidamente al Hospital de Calbuco, a objeto de practicarse el examen PCR, lo que dio comienzo a un mes de incertidumbre y temor, porque -asegura- estuvo a punto de morir.
"El miércoles nos dieron los resultados. El de mi esposo salió positivo, pero él no tenía síntomas. El examen de mi hijo y el mío salieron negativos", recuerda.
A pesar de esa primera información de laboratorio, Alicia estaba desarrollando la enfermedad. "Andaba con cansancio extremo y lo atribuía a cargar bidones, por mi actividad, así que no me preocupé. Pero, desde el primer día que hicimos el PCR llamé a todas mis clientas y les advertí que podía ser positiva para coronavirus, por lo que no iba a atender", aseguró.
En tanto su esposo era derivado a una residencia sanitaria en Puerto Montt, se le hizo latente otra sintomatología: "Perdí el gusto y el olfato".
A puerto montt
"Llamé a la oficina de la Seremi de Salud en Calbuco para que vinieran a mi casa a tomarme otro PCR. Vinieron inmediatamente y el viernes en la mañana salí positivo. Desde Puerto Montt me vino a buscar una ambulancia avanzada. Tenía taquicardias y no podía respirar", explicó.
Ya en la capital regional, en compañía de su hijo, empeoró su condición de salud. "No podía respirar, me faltaba el oxígeno, así que me llevaron el mismo día al Hospital, donde estuve internada siete días, ya que tenía ambos pulmones comprometidos".
En el centro asistencial pudo corroborar que no existe vacuna ni cura para el virus. "Ahí reventé en llanto... Estaba segura que iba a pasar a ser una más en la lista" de las víctimas fatales que ha cobrado el coronavirus.
Deterioro
Tras ocho días en tratamiento intensivo, Alicia pudo notar un mejoramiento, lo que fue verificado por los médicos, que recomendaron su traslado a la residencia sanitaria que todavía funcionaba en el Hotel Don Vicente.
Pero, ese mismo día su estado volvió a experimentar un compromiso de su salud. "Fue el día en que pensaba que me iba a morir. Tenía los dos pulmones afectados. Ahí conocí al doctor Ignacio Auguin (...). Me tomó la mano y me dijo: 'te prometo que al tercer día te vas a sentir mejor. Confía en mí. De esta vas a tener que salir adelante'".
La comerciante calbucana admite que a pesar de los buenos deseos del profesional médico, "no tenía fe. La gente no sabe lo que es tener coronavirus. Hasta hoy me emociona. Es horrible".
Ese mismo día se despidió de su hijo, "porque pensaba que no iba a vivir. Le dije que tenía que ser fuerte y que algún día lo iba a entender".
Unidos por la fe, ambos se comprometieron ante Dios. Ella, aseguró que si se recuperaba "le daría lo más grande que tenía. Saliendo de acá yo me rapo, le entrego mi cabello, que era lo más preciado de mi vanidad". Su hijo también se sumó y se obligó a regalar su colección de Transformers, que coleccionó desde que tenía 3 años.
Pulmones afectados
Después de cuatro días en la residencia sanitaria y bajo los cuidados médicos del personal a cargo de ese dispositivo médico, evidenció un mejoramiento.
"Resucité, porque fue así. No sabía de mi vida. Si era de día o de noche", recuerda.
En medio de ese proceso de rehabilitación, aparecieron prolongados ataques de tos, que se llegaban a extender por hasta 25 minutos. Siete días habían pasado desde su ingreso a la residencia sanitaria y parecía volver al comienzo. "Me ahogaba, pero mi hijo siempre estuvo a mi lado y me ayudó en todo".
Por esos días, su marido consiguió el alta médica del hospital, al que tuvo que llegar por requerimiento de oxígeno. "Nos juntaron a los tres en la residencia sanitaria. El doctor Auguin me dijo que se quedaría hasta que yo consiguiera el alta".
Ese apoyo fue fundamental para lograr superar la aparición de secreciones. "Era como tener cera pegada en los pulmones. Pero eso tenía que salir de alguna manera".
Con secuelas
A los pocos días, Alicia había terminado su tratamiento y su flujo pulmonar se había recuperado.
"El doctor me dijo que era una en miles. Así como estaban los pulmones, no era para que me salvara. Fue un milagro", relata.