Evaluación de la atención en salud
A pesar de los altos presupuestos que se asignan año tras año, la sensación de la ciudadanía desconfía del sentido de la oportunidad en la salud pública. Infraestructura, monto pagado y tiempo dedicado por el médico figuran entre los aspectos más cuestionados según una encuesta.
El Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello dio a conocer la Encuesta Nacional de Salud 2020, en la cual el sistema obtiene la peor nota de experiencia usuaria de los últimos diez años, bajando desde una nota 4,2 (2019) a un 4 y acumulando una baja de 0,4 puntos en una década.
Si se consideran los atributos evaluados, el estudio dice que los más castigados fueron la infraestructura, el monto pagado y el tiempo que dedicó el médico a la atención, mientras que respecto de la oportunidad o prontitud en la atención, los servicios más castigados fueron la entrega de exámenes y la prestación en los Servicios de Atención Primaria de Urgencia (Sapu).
Es cierto que la inversión en el sector salud se ha incrementado fuerte en las últimas décadas, pero la percepción que tiene la gente es que los problemas no se resuelven. Porque no basta con dictar leyes que extiendan la asistencialidad si no están creadas las condiciones para atenderlas. El Auge es un caso típico. Las listas de espera son largas y en algunos casos los pacientes prefieren ir por una atención particular e inmediata, que esperar meses y hasta años que corra la lista, con riesgo para su salud. En algunas zonas, la falta de médicos especialistas y la presión por cumplir con los plazos de atención de patologías Auge son los principales factores que hacen que el sistema de salud hospitalario sea crítico en muchos establecimientos.
El descontento que hay con los sistemas de salud es preocupante si se contrasta con el aumento del presupuesto sectorial, lo que significa que la sensación de desprotección es grande, y que a juicio de algunos expertos se trabaja con modelos de atención equivocados que no resuelven las necesidades de las personas y, por otro lado, estimulan el gasto.
De acuerdo con las encuestas, cada vez más los ciudadanos indican que deben destinar una mayor parte del presupuesto hogareño a los gastos en salud y medicamentos, en especial para los adultos mayores. En consecuencia, los sistemas de salud hay que abordarlos en forma integral, al igual que las propuestas de reformas para ajustarlos a las necesidades reales.