(viene de la página anterior)
a ir viendo con las diversas encuestas en los próximos meses. Sí quiero dejar algo muy en claro. Yo no voy a ser candidata a alcaldesa y a los 19 días después de haber asumido inscribirme a una primaria presidencial, porque eso significa dejar botado el municipio durante todo el tiempo de la primaria y, si gano la primaria, durante todo el tiempo de la campaña presidencial misma. No me parece que uno use como trampolín una elección para ir a ganar otra, así que en la medida que yo vea que la candidatura mía tiene respaldo ciudadano yo no iría a la reelección en Providencia. Seré candidata a alcaldesa o candidata presidencial, no ambas.
-Algunas encuestas hablan de un triple empate entre usted, Lavín y Jadue. ¿A qué atribuye el protagonismo que han tomado los alcaldes durante este último tiempo?
-Hay dos factores que yo creo que son muy importantes. Uno es el enorme descrédito que tienen los parlamentarios, realmente cuando se mira las encuestas de opinión uno nota que hay muy poca confianza hacia el Congreso, hacia el Parlamento y hacia los parlamentarios. Y, por otra parte, la pandemia y también antes con el estallido social, ha significado que los alcaldes nos hemos visibilizado. Cosas que hacíamos siempre, pero que nadie sabía que hacíamos, de pronto han aparecido en las noticias, en la televisión y en todas partes, y eso ha significado por lo tanto una mayor confianza en este trabajo local, que es un trabajo mucho menos ideológico, es un trabajo más práctico y de muchísimo contacto con los vecinos.
-¿Qué opina de la propuesta de gobierno de unidad nacional de Lavín?
-Me parece que es como un lindo sueño, de verdad me cuesta mucho creer que pueda darse en la realidad. Nosotros hemos visto cómo diversas figuras políticas de lo que hoy día es la oposición han salido a decir de inmediato que eso no es viable y yo tiendo a pensar también que no es viable. Ahora, que suena bonito, sí, suena muy bonito.
-Él se definió como socialdemócrata y generó una polémica. ¿En qué lugar del mapa ideológico de la política se ubica usted?
-La gente me conoce perfectamente: sabe quién soy y no requiere de eslóganes ni autocalificaciones. Soy de centroderecha, creo en la economía social de mercado y a pesar de que soy de centroderecha, voté a favor del divorcio, propuse hace muchos años un proyecto de despenalización de aborto en dos causales, cuando no existía lógicamente el de tres que nos rige actualmente. Más que autocalificaciones, hay una forma de actuar en la vida que la gente conoce. Yo creo que Chile tiene una larga tradición de preocupación por lo comunitario, por los elementos sociales y eso hay que fortalecerlo. Tenemos un sistema de salud que es muchísimo más solidario que, por ejemplo, el que existe en Estados Unidos; ahora, claro que me gustaría que fuese muchísimo mejor. En el tema de educación y de pensiones tenemos mucho todavía que avanzar. Pero lo que quiero señalar es que desde hace muchos años que vengo diciendo: no es de ahora último que la equidad es un objetivo político y que tiene que estar en la Constitución, porque también he venido diciendo hace mucho tiempo que los países que no tienen ciertos niveles de equidad mínimos son países que no son viables, ni social ni política, ni económicamente; en países que son más equitativos y que existe mayor igualdad entre los que más ganan y los que menos ganan, en general hay menos delincuencia, hay más confianza y respeto y hay mucha mayor unidad nacional. Y a eso aspiro.
-Como economista, ¿le parece que fue buena la medida del retiro del 10% de las AFP? Antes de que se adoptara, usted tenía sus dudas.
-Claramente se produjeron efectos positivos de reactivación, alivio en el pago de deudas. Tenía muchas dudas, pero creo que el actuar del Banco Central ayudó mucho. Quiero dejar algo muy en claro: el dinero de las AFP es de los chilenos, es su plata ahorrada para la vejez. Creo que más allá de los beneficios y alivios que provoque hoy, tiene efectos en el mañana. Ojalá sea el Estado quien llegue con más recursos para quienes más lo necesitan y no que los chilenos tengan que gastar de sus ahorros para la vejez ante una emergencia. Debemos llegar más rápido con ayudas.
-¿Le gusta ser alcaldesa?
-Me encanta ser alcaldesa. Lo lindo de ser alcaldesa es que uno se preocupa de todo lo que acontece en un determinado territorio. Es como ser Presidente de un lugar geográfico muchísimo más chiquitito. Pero uno se preocupa desde la educación, la salud, las finanzas, el comercio, los aspectos sociales, el arbolado, las plazas, la cultura, de los niños, de los adultos mayores, de las mujeres golpeadas o maltratadas, o sea, todo. Uno lo tiene todo acá. Entonces, es realmente maravilloso, porque además uno cuenta con un determinado presupuesto y, además, se cuenta con funcionarios que pueden ir y que pueden dar respuestas, en la mayoría de los casos, relativamente rápido a los problemas que está viviendo la comunidad o a los problemas que están viviendo ciertas familias.
-¿Le gustaría más ser Presidenta?
-Yo siento que Chile va a tener un período difícil los próximos cuatro años, se va a requerir mucho empleo, se va a requerir cuidar la remuneración, eso es algo en lo que yo tengo experiencia, porque fui ministra del Trabajo. Se va a requerir, además, una mucho mayor equidad entre las distintas comunas y entre las distintas regiones y eso es algo que yo vengo señalando como algo necesario hace 20 años. Y se necesita además formar equipos y ser capaz de conversar con la gente que no votó por uno y que quizás está en la vereda del frente. Eso es algo que también me ha tocado hacer, en el Congreso, en la Comisión de Presupuesto por 20 años, también como ministra y también aquí en la municipalidad. Uno de los grandes temas que provocó el estallido social es la injusticia y los robos. Esto es algo en lo que me he caracterizado desde que llegué al Congreso: la primera querella o la primera denuncia por corrupción que hubo en el Congreso la hice yo. Creo que llevaba un año como diputada, cuando denuncié un caso de mal uso de platas públicas en el Caso Empremar, donde efectivamente hubo incluso personas que llegaron a la cárcel. En todo el tema de evitar abusos, tanto los que comete el sector privado como los robos y abusos que cometen funcionarios públicos, he estado presente desde que me inicié. Otro de los temas que creo que aumentó muy fuertemente es toda la rabia que se acumuló para el 18 de octubre, fue la tremenda inequidad que sufren las mujeres. Es otro tema del que también me he preocupado. Así que creo que, en el fondo, tengo las competencias, tengo la experiencia para enfrentar el próximo período, que va a ser complejo.
-¿Influirá en su decisión a la candidatura el resultado del plebiscito de octubre?
-No, no tiene nada que ver. Al final, cualquiera que sea el resultado del plebiscito, nosotros tenemos que realizar correcciones al modelo, correcciones a la Constitución, eso de todos modos. O sea, eso es algo que viene dado y el que así no lo entiende, es porque no entiende lo que está sucediendo con nuestro país.
-¿Qué evaluación tiene usted de la centroderecha? ¿Cree posible mantener la existencia de Chile Vamos?
-Pienso que Chile Vamos probablemente se va a unir muy fuertemente después del plebiscito. Hay personas de Chile Vamos que votan por el Apruebo y otras que votan por el Rechazo, pero supongo que todos tienen un modelo, o sea, tienen en la cabeza, qué es lo que debiera ser la Constitución. Perdón, el modelo que tienen en la cabeza de qué es lo que debiera decir la Constitución, creo que no varía mucho. Considero que la centroderecha y Chile Vamos se van a unir mucho tras el plebiscito y me parece muy bien que así sea. No me cabe duda que podemos seguir siendo coalición.
-¿Cuáles serían las tres principales propuestas hacia el país en una eventual campaña suya?
-Primero, igualdad de verdad entre mujeres y hombres, no meras declaraciones. Eso significa, por ejemplo, que hay que tener planes de igualdad en las empresas, en los ministerios, en los distintos servicios públicos. Se tiene que ver cómo andamos: ¿Acá las mujeres tienen los puestos bajos y mal pagados y los hombres los altos y bien pagados, o estamos más o menos equiparados? ¿Por qué en la Contraloría nunca, en la historia de la Contraloría, ha habido una mujer contralora? ¿Por qué son tan pocas entre los ministros de la Corte Suprema y cómo vamos a ir arreglando eso? Ministra de Hacienda y ministra del Interior no hemos tenido nunca. Yo trabajo mucho con mujeres, sé que son igualmente capaces que los hombres y siento que ya realmente no es sostenible, no podemos tolerar que a igual trabajo a las mujeres les paguen menos que a los hombres. Así que ahí hay medidas muy concretas que realizar y eso, además, creo que debe estar en la Constitución. Pero estoy hablando de una igualdad objetiva, de una igualdad de verdad, no de una igualdad meramente declarativa. O sea, con acciones positivas, en el fondo con discriminación positiva hacia la mujer.
-¿Y las otras dos?
-Lo segundo. Realmente nosotros no podemos seguir tolerando el grado de corrupción y de abusos que hay en Chile. Eso significa tener todo un sistema judicial muchísimo más independiente del que tenemos hasta ahora. Yo le digo, por ejemplo, un fiscal regional que aspira a ser fiscal nacional y que sabe que al fiscal nacional lo propone el Presidente de la República, pero después tiene que ser ratificado por el Senado, ¿qué es lo que va a hacer un fiscal regional que tiene esas aspiraciones, cuando le llega un caso de corrupción política, sabiendo que si se mete en serio en eso después lo veten para ser fiscal nacional? Lo mismo con un ministro de la Corte de Apelaciones, que a lo mejor tiene intenciones de llegar a la Corte Suprema, como culminación de su carrera, y que tiene que votar, por ejemplo, el desafuero de un parlamentario. Entonces yo voy a proponer un sistema totalmente distinto de nominación, tanto del Contralor de la República (que además no creo que tenga por qué ser una sola persona, sino un directorio de cinco, como en el Banco Central), como de los ministros de la Corte de Apelaciones y de la Corte Suprema; y una forma distinta de nombrar al fiscal nacional. Necesitamos con urgencia un sistema judicial, un Poder Judicial, mucho más independiente del que tenemos hoy en día, porque con estos niveles de corrupción y de abusos, nuestra sociedad no es viable.
Lo tercero, naturalmente, es ocuparse de una mucha mayor equidad entre todas las regiones y entre todas las comunas. Claro, la gente ve cómo las comunas más ricas podemos hacer cosas muy lindas y le empiezan a pedir lo mismo a su alcalde. Y la mayoría de los alcaldes no tienen los medios para hacer ni la mitad, ni la cuarta parte, ni siquiera la décima parte. Necesitamos mucha mayor equidad territorial, tanto entre regiones como entre comunas. Pero al mismo tiempo necesitamos mucha mayor supervisión, porque también en un municipio se da la corrupción. A mayor dinero que se maneja, tiene que haber una mucha mayor supervisión, tanto de los gobiernos regionales como de los gobiernos comunales.
-¿Y alguna medida en cuanto a la economía?
-En materia económica obviamente que la tarea va a ser empleos y remuneraciones, esa va a ser la principal tarea y lo más probables es que vamos a necesitar mayores ingresos vía impuestos.
-¿Qué le parece que regresen al sector nombres como Pablo Longueira y Carlos Larraín? ¿Son necesarios nuevos liderazgos?
-Yo siempre he estado a favor de una mezcla de personas con mucha experiencia y de liderazgos jóvenes y lo que yo siempre echo de menos es que los que tenemos mayor experiencia les demos espacio a los más jóvenes, pero lo ideal es que puedan ir aprendiendo unos de otros. Por ejemplo, las personas con mayor experiencia muchas veces ya no están tan conectadas con el Chile más moderno, con lo que está pasando hoy día con la juventud y, al mismo tiempo, la gente más joven tiene mucho que aprender de cómo resolver conflictos y de cómo enfrentar crisis. Por lo tanto, yo siempre he sentido que lo ideal para un partido, lo ideal para un país, lo ideal en un ministerio, lo ideal en todo, es una mezcla de gente que piense distinto, que tenga distintos tipos y grados de experiencia. Pero insisto en que hay que darle espacio a la gente joven, porque esto de tomar decisiones es un oficio, es un oficio que se aprende haciendo, donde uno se va a caer diez veces, pero a lo mejor uno evita alguna de las caídas cuando está trabajando en forma conjunta con gente que tiene mayor experiencia.
"Realmente nosotros no podemos seguir tolerando el grado de corrupción y de abusos que hay en Chile. Eso significa tener todo un sistema judicial muchísimo más independiente
del que tenemos hasta ahora".