Comercio en la zona céntrica
Un informe de la Cámara de Comercio es elocuente para demostrar el impacto de la larga cuarentena en los locales de la calle Antonio Varas de Puerto Montt. Las autoridades de Gobierno deben atender con prontitud las peticiones de ayuda de los pequeños comerciantes de la capital regional.
Cada día que pasa, semana, mes, el panorama de los comerciantes de Puerto Montt, en particular de los más pequeños y que tienen sus locales emplazados en el centro de la ciudad, se va haciendo más dificultoso. La mayoría de ellos, todos fuera de la categoría de servicios esenciales, permanece cerrado desde el 29 de julio, día en que comenzó la cuarentena de la capital regional, restricción cuyo término todavía se ve lejano por el implacable avance que está experimentando el covid-19 entre la población, y que el fin de semana arrojó un récord de contagios desde que se impuso el confinamiento a nivel local, con 82 casos nuevos.
El complejo escenario del comercio puertomontino quedó ayer en evidencia, al conocerse los resultados de un catastro realizado por la Cámara de Comercio de la ciudad en torno a la actividad en el centro de la ciudad. Según él, el 71% de los locales ubicados en la calle Antonio Varas, la más concurrida del sector céntrico, se encuentra cerrado desde el día 1 de la cuarentena, por lo que ya suman más de dos meses sin la posibilidad de obtener ganancias de su actividad. Si bien algunos han podido incursionar en el formato del delivery, el número es tan ínfimo que el resultado no alcanza a impactar en el balance general.
Cuando se habla de los locales comerciales más afectados por la cuarentena, no hay que llevar la vista únicamente a aquellas firmas de mayor tamaño. Entre las más golpeadas por la extensa cuarentena figuran peluquerías, pequeños quioscos, tiendas de repuestos, etc., cuyos propietarios han tenido que continuar pagando religiosamente sus arriendos y que a fin de mes, además, habrán de renovar sus patentes comerciales para evitar perderlas.
Varios dirigentes del gremio vienen advirtiendo hace rato que de no mediar una ayuda consistente y rápida de parte del Gobierno, muchos de los pequeños comerciantes tendrán que bajar la cortina. Es imperioso que las autoridades de una ciudad con una cuarentena tan prolongada como la de Puerto Montt observen con atención lo que está pasando y lo que puede pasar en el corto plazo. La ayuda que requiere el sector tiene carácter de urgente.