Joven madre busca ayuda para costear el millonario tratamiento de su hija con cáncer
PUERTO MONTT. Un tumor cerebral es el que afecta a Tamara Becerra, de 10 años, quien ya fue desahuciada por parte de los médicos. Sin embargo, su mamá no ha querido bajar los brazos y pide apoyo económico para realizarle inmunoterapia.
"A mi hija no la voy a dejar aquí, acostada en un sillón como me la mandaron del hospital. No me voy a cruzar de brazos a esperar a que llegue cualquier momento en que tenga que partir", dice Natalia Rogel, la joven madre puertomontina que se ha hecho conocida a través de redes sociales, por la campaña que realiza para salvar la vida de su hija Tamara, quien a sus cortos 10 años padece cáncer cerebral.
"Voy a hacer hasta lo imposible con tal de conseguir que mi hija se haga el tratamiento que tenga que hacerse, aunque sea por el 1%, porque la gente me dice que tiene un 1% de posibilidad de vivir, pero yo me la voy a jugar al cien por ese porcentaje", asegura Rogel -de 25 años-, quien ha luchado por Tamy -como le dice su familia- desde que nació.
Y ese tratamiento al que se refiere, es el que la llevó a estar en publicaciones de distintos grupos de Facebook contando su historia y solicitando el apoyo monetario y buena voluntad de las personas, ya que necesita reunir 11 millones de pesos para poder realizar la llamada inmunoterapia.
Primeros síntomas
Las complicaciones comenzaron a finales de 2018, con cambios de humor muy repentinos en Tamara. Coincidentemente esto se dio en el mismo periodo en que Natalia estaba comenzando su segundo embarazo, algo que para la gran cantidad de doctores que la vieron en ese entonces, explicaba las alteraciones de la pequeña.
"Fue súper lento el proceso para conocer un diagnóstico de lo que tenía Tamara. Ella empezó con cambios de conducta bien fuertes y todos me decían que eran celos, porque yo estaba esperando a mi pequeña. Ella iba al colegio y tenía un comportamiento agresivo, después de haber sido muy tranquila, y la llevaba al médico y me decían que eran puros celos, pero me acuerdo que habían días en que Tamara se me apagaba, era como si tuviera un 'botoncito' y quedaba como ida, como si se desconectara totalmente de lo que estaba haciendo. Uno le podía hablar y ella no reaccionaba, no tenía reflejos, nada. La llevábamos a urgencias, ahí le hacían scanner, exámenes, y no le encontraban nada", detalla la madre, vecina del sector de Mirasol.
No fue hasta cuando Tamara convulsionó, en marzo de este año, que este mal sueño inició. "Llegamos nuevamente a la urgencia del hospital y le hicieron nuevamente un scanner, el que salió un poco alterado. Sin embargo, me dijeron que no tenía nada, que estaba dentro de lo normal. Hicimos control con neurólogo, que me dijo que no había nada, que podía ser donde estaba creciendo, porque ella es grande para su edad. Ahí la derivaron al psicólogo y psiquiatra, pero en junio seguía con los mismos síntomas. Ahí le volvieron a repetir los exámenes donde salió que tenía un tumor bastante grande -medublastoma-", recuerda la esforzada mujer, quien junto a su pareja, además debieron dejar sus trabajos para dedicarse exclusivamente al cuidado de sus hijas.
Nulo apoyo hospitalario
En agosto, Tamara había finalizado su quimioterapia, pero fue en este mes que todo volvió. Con otra convulsión se conoció la metástasis y el colapso de su cerebro. "Ahí me dijeron que no podíamos hacerle más tratamiento y que no había opción de cirugía. Él médico decidió no operarla, para no correr riesgo, pero sí podría existir esa posibilidad", explica Natalia Rogel.
"A mi me dieron la noticia sola. Fue súper duro, porque nosotros íbamos 'tirando para arriba', porque todos los exámenes le habían salido buenos, entonces no sabemos qué falló (...) En el hospital no me dieron muchas esperanzas, me sentí abandonada realmente", comenta Rogel.
Al respecto, desde el Hospital Puerto Montt (HPM), declararon que el centro médico "se mantiene en contacto permanente con sus familiares y equipos tratantes para los procedimientos que requiera su estado de salud, junto con enfatizar que está recibiendo todos los cuidados y contención necesarios".
Positiva ante todo
"Fue súper angustiante. Uno estos temas como siempre los tiene súper alejados", dice Rogel que hoy, con casi la mitad del dinero reunido -a un día de iniciar las publicaciones- está positiva para enfrentar lo que viene.
"Yo miro a mi hija y saco fuerzas. Ella es una niña y tiene toda una vida por delante. Va en cada persona también, de la forma en que mires a tu hija, yo a ella jamás la he mirado con pena, entonces le digo "tú vas a poder, vas a salir adelante. Ella me dice: 'mamá, algo está mal' y yo le respondo: 'no hija, todo está bien. Siempre he sido positiva con ella y eso me ha ayudado a tener fuerzas", asegura la joven madre.
Para poder seguir ayudando a Tamara Becerra Rogel, las personas pueden depositar en la cuenta n° 77840630 de Banco Banefe, a nombre de Elva Edith Ojeda Ramírez, rut 12.713464-2.
11 millones de pesos son los que debe reunir la familia Becerra Rogel, para poder aplicar el tratamiento.
2018 fue el año en que comenzaron los primeros síntomas de Tamara; cambios fuertes de conducta.