Una enfermera y una hija cuentan cómo el covid les cambió la vida
CUARENTENA. Mujer relata el deceso de su padre, quien pese a cumplir con el confinamiento de forma estricta, de igual forma contrajo el virus. Y una enfermera del Hospital de Puerto Montt detalla los graves síntomas que padeció tras infectarse y cómo hoy intenta hacer su vida normal con las secuelas del covid-19.
Cuando Puerto Montt ya superó los seis mil contagiados por covid-19, las historias se han entrelazado entre quienes han perdido un familiar y otros, que pese a los extremos cuidados, igual se han infectado incluso propagándose la enfermedad a más de un integrante de la familia.
Desde el primer momento que Jaqueline Pérez (28 años) escuchó del coronavirus, comenzó a tomar medidas de aislamiento, evitando visitar lugares de mayor flujo de personas como supermercados y mall.
La enfermera que trabaja en el quinto piso del Hospital Puerto Montt, recuerda que en esos momentos temía mucho por un posible contagio de su madre, quien también trabaja en el hospital e incluso de sus abuelos que eran personas de mayor riesgo.
Cansada
De acuerdo a Jaqueline, cuando se inició la contingencia del virus fueron meses y períodos de turnos agotadores, en donde la totalidad del equipo de salud estuvo trabajando turnos complejos.
La enfermera relató: "Estaba muy cansada y pensé que el agotamiento se debía principalmente al esfuerzo de tantas labores. Pero al poco andar, me di cuenta que estaba contagiada, porque en el lugar donde yo trabajaba ya teníamos casos positivos y muchos ya se encontraban en cuarentena".
La funcionaria del Hospital Puerto Montt contó que al principio los síntomas que tuvo fueron fiebre y dolor de cabeza, "pero al paso de los días me complicaba cada vez más respirar, no tenía apetito, sin energía, me costaba dormir en las noches, la verdad no tenía ánimo de nada. Los escalofríos y dolores de cabeza eran cada vez más intensos. Me angustiaba no saber qué me pasaría o cómo evolucionaría esta enfermedad; cuando no podía respirar pensaba que me podía morir", aseguró.
Para la familia de la joven enfermera puertomontina fue muy difícil enfrentar el covid-19, ya que dos integrantes de la familia también se contagiaron, ella y su madre, quien es técnico del hospital.
Esta situación las obligó a tomar medidas estrictas de prevención para no contagiar a otro integrante de la familia.
Para Jaqueline, más que la enfermedad y sus síntomas, "el grado de incertidumbre y no saber lo que me pasará el día siguiente es muy angustioso, sobre todo cuando además tu madre también se contagia y no puedes ayudarla".
"Tuvimos que organizarnos como familia y durante un tiempo nos llevaron alimento a la casa para evitar contagiar a otros. Estuvimos muchos meses aislados, fue muy estresante", relató.
Cambio
Después de pasar la enfermedad y encontrarse ya en condiciones, volvió a sus labores de siempre, pero reconoce mantener hasta el momento problemas respiratorios y disnea (dificultad para respirar), como consecuencias de esta en-
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