Pandemia y salud mental
El deterioro de la estabilidad emocional de las personas ha devenido en un aumento de las consultas sicológicas. El incremento de los cuadros de angustia de las personas se está convirtiendo rápidamente en un problema urgente de atender.
El estado de la salud mental de los chilenos se ha deteriorado en forma importante al enfrentar la crisis sanitaria por la pandemia, que desde marzo ha modificado la vida y rutinas de las personas, lo que ha desatado un aumento de las patologías psicológicas. Según datos de PsicologíaChile.cl, plataforma del ámbito mental a distancia, en septiembre las consultas sobre las fluctuaciones anímicas y estados ansiosos superan el 58% del total de las sesiones. Ansiedad, pánico, miedos, angustia y trastornos del sueño fueron los casos más planteados por los pacientes en las sesiones en línea.
El encierro prolongado y la incertidumbre respecto del futuro, con avance y retroceso de las medidas sanitarias, así como las consecuencias económicas y laborales que se han derivado de la situación de emergencia y alerta sanitaria, han afectado a las personas, por lo que han sufrido un desgaste significativo. Es cierto que ha sido propio de la sociedad moderna llevar una forma de vida competitiva y vertiginosa, que no siempre permite identificar lo que pasa con la salud mental de la población, pero se han ido agregando nuevas situaciones, como los temores y las angustias que surgieron durante los meses del estallido social y este año, las medidas de prevención por la pandemia.
La rutina en casa es intensa, conciliando diferentes aspectos de la vida cotidiana, como el trabajo a distancia pero conectado durante gran parte del día, los estudios, la atención de los hijos, las limitaciones para el descanso y la recreación, lo que genera cambios hasta ahora no vistos.
Es obvio que la ciudadanía ha estado expuesta a momentos difíciles y tal vez no estaba preparada para enfrentar de la mejor manera todas estas situaciones que provocan temores e incertidumbres. Es por eso que los expertos del área psicológica han llamado la atención sobre la necesidad de abordar este desafío a gran escala. Las personas están requiriendo terapias por enfrentar sentimientos como el miedo, la rabia, incertidumbre, frustración y depresión. Y se estima que las consultas por el deterioro de la salud mental continuarán aumentando, lo que refleja la vulnerabilidad psicológica en que se encuentran las personas.